Como la hormiga de la fábula, el Herbalife Gran Canaria, a base de trabajo y de distribuir en los momentos crudos del partido la cosecha que obtuvo en su particular primavera, labró en Villeurbanne su primera victoria lejos de la Isla en esta Eurocup. El conjunto de Luis Casimiro, tras una primera parte excelsa, donde superó los 20 puntos de ventaja, consiguió ganar en la pista del cuadro francés un partido que se le complicó en la segunda mitad. Y es que el cuadro claretiano se impuso por 68-84 al Asvel para sumar su tercera victoria en el grupo D del segundo torneo continental. Un resultado contundente que aúpa al Granca hasta el primer puesto de la clasificación.

Sería imposible explicar la victoria del Herbalife sin no hacer una mención especial a los primeros 20 minutos, donde el cuadro de Casimiro dejó una de las mejores momentos de esta temporada (30-49). Sin embargo, el empuje del Asvel después del descanso no dejó al Granca respirar. Todo en un partido donde Marcus Eriksson (18 puntos), Ondrej Balvin (16 puntos y 10 rebotes) y Eulis Báez (11 puntos, 9 rebotes, 5 asistencias y 25 de valoración) lideraron a un Herbalife coral.

Porque el CB Gran Canaria tenía ante sí la oportunidad de acabar con una trayectoria endeble fuera de Siete Palmas. Con solo una victoria en toda la temporada -tanto en Liga Endesa como en la Eurocup-, quitarse ese peso de encima se convertía en toda un prioridad. Pero no solo por el aspecto emocional, sino también por lo compacto que está el grupo del Granca en la Eurocup, igualado hasta las trancas.

Comenzó serio el Herbalife Gran Canaria, compacto, sin demasiadas fisuras ante un Asvel con potencial. Defendía medianamente bien y anotaba con fluidez, con un Gal Mekel notable en la dirección y la pintura correctamente cerrada. Sin dar canastas fáciles, su ritmo se imponía al del cuadro francés. Las revoluciones del Granca mandaban. Tanto que apenas habían transcurrido cuatro minutos del partido cuando el técnico JD Jackson se vio obligado a parar el partido.

Y es que Shaq McKissic, con dos triples consecutivos, había puesto una diferencia de nueve puntos en el marcador en un simple pestañeo (5-14, min. 4). El Herbalife se sentía cómodo. El parón desde el banquillo no afectaba al devenir del choque: el Granca seguía al alza. Porque Eulis Báez, DJ Seeley, Gal Mekel y Ondrej Balvin -colosal al culminar un aley-oop- ampliaron la renta hasta los 16 puntos (8-24, min.7).

Aquello acomodó al Granca. El Asvel sabía que debía reaccionar cuanto antes si no quería ver peligrar el partido desde el primer cuarto. Un buen motivo para empezar a mirar al aro con tesón. Lo consiguió para abrir un parcial de 6-0 con el que intentó remover el marcador (14-24, min. 9). Luis Casimiro vio el percal y paró el asuntó con un tiempo muerto de los que no llevan pizarras, de esos donde una mirada basta. Suficiente para que el Herbalife volviera a ponerse el mono de trabajo y contuviera el arreón francés antes del final del primer periodo (14-26).

El Herbalife se agarró a aquella ventaja. Sostuvo su nivel de intensidad, rotó con criterio desde el banquillo y empezó a desesperar a un Asvel precipitado en ataque, coaccionado por el buen nivel defensivo que ofrecía el Granca de Casimiro. Sin ceder sus dos dígitos de distancia con los galos, el Herbalife hizo todo lo contrario: puso la máxima del partido hasta el momento. Un 2+1 de Xavi Rabaseda colocó el +17 en el electrónico (18-35, min. 13).

Cada respuesta del Asvel recibía un correctivo más del Granca. Albert Oliver, con cuatro tiros libres consecutivos, y Marcus Eriksson, con cinco puntos-, completaron un parcial de 9-2 que elevaba la ventaja a los 21 puntos (23-44, min. 16). Y en el siguiente ataque, Ondrej Balvin aprovechó el fallo en el segundo tiro de Gal Mekel para que la diferencia creciera un punto más (25-47, min. 17). El recital era total.

Al Herbalife le sentaba bien sentirse dominador. Desesperaba a un Asvel totalmente negado, impreciso y ansioso por corregir una desconexión inicial que le pasaba factura. Lighty, a falta de un minuto para que acabara el cuarto, cortó las dos decenas de ventaja con un triple frontal (30-47, min. 20). Paulí, con una buena bomba, mandó el partido al decanso con un 30-49 en el marcador. Casi 20 puntos de ventaja que reflejaban la superioridad con la que el Granca miraba a la cara al Asvel Villeurbanne. Su carta de presentación hasta el momento era brutal: una proyección de 100 puntos, apenas 30 encajados, ocho pérdidas provocadas al rival, nueve rebotes más que el rival -19 amarillos por 10 franceses-, solo tres jugadores con minutos en juego sin ver el aro y una valoración total de 66 por los 18 del Asvel. La noche para el Granca iba sobre ruedas.

La premisa al Asvel tras el descanso era clara:o apretaba al Herbalife y conseguía subir su propia intensidad o estaba muerto. Y lo hizo. Consiguió un parcial de 10-4 (40-53, min. 24) que tambaleó al Granca. Los de Casimiro no encontraban el aro con la asiduidad que lo veían durante el primer tiempo. Se agobiaron ante el empuje galo y descuidaban el balón que andaba de un lado de la pista al otro como un cohete. Albert Oliver tomó las riendas para sacar al Herbalife de aquel embrollo. Él inició y cerró un parcial de 0-7 con un par de triples (40-60, min. 26) para que el Herbalife se tomara un respiro.

El bofetón no desconectó de todo al Asvel que se mantenía con la firme intención de seguir peleando el partido. De la mano de Alpha Kaba y de Charles Kahudi, el Asvel recortó la distancia hasta los 13 puntos, todo un logro para como iba el partido (47-60, min. 28). La cosa no quedó ahí. Porque el parcial se abrió hasta el 11-1 para que el Asvel viera más cerca que nunca una remontada. Con el marcador 51-61, Marcus Eriksson le dio un soplo de aire al cuadro claretiano. Anotó un triple estratosférico desde siete metros, sacó una falta para mandar al Asvel al bonus y encestar uno de ellos (51-65, min. 30. Y también fue el sueco quien concedió un 2+1 a David Ligthy para que diera portazo al tercer cuarto con un esperanzador 54-65. El Asvel aún tenía mucha vida.

En diez minutos, el Herbalife había pasado de ver la victoria casi en el bolsillo a saber que le tocaría sufrir en los últimos diez minutos. Entró con aplomo en el segundo cuarto ante un Asvel que, lejos delo esperado, se precipitó en araque. Apenas habían pasado dos minutos del cuarto periodo cuando ya veía en su marcador tres faltas personales. El Granca se agarraba a su oráculo Albert Oliver y, Anzejs Pasecniks, inadvertido hasta el momento e inoperante ante la corpulencia de Alpha Kaba -andaba por el banquillo con problemas de faltas el francés- se asomó al partido (54-69, min. 32, tras dos canastas del letón).

Consiguió adormecer el partido el Granca. Bajó los ánimos del Asvel Villerbanne, engatillado, sin encontrar demasiadas opciones claras de canasta (+13, 59-72, min. 35). El guión que el Granca había elaborado se cumplía. Gal Mekel, dominante ante John Roberson, y la línea de tiros libres se convertía en un sostén para el Granca (64-80, min. 37, tras dos tiros libres anotados por Eulis Báez). El Herbalife había tomado de nuevo el control del partido para no soltarlo. Enfrente, el Asvel entregó sus armas y sacó la bandera blanca. Los claretianos, ahora sí, tenían su primera victoria en Eurocup fuera de Gran Canaria. Las últimas balas del partido dejaron el 68-84 final y un triunfo para el Granca que le permite encarar el futuro con el poder de tres partidos ganados. Una garantía notable en esta Eurocup de la igualdad.