¿Qué tal está el Sitapha Savané jugador?
Bien, todavía en este principio de temporada, en una experiencia diferente para el Estudiantes jugando la Champions League de la FIBA. Hasta ahora, bastante bien. Empecé la temporada con una fascitis plantar que me trastornó el inicio, pero ahora mucho mejor, sintiéndome cada vez mejor en la cancha.
¿Y el Taph ciudadano?
La verdad que como cualquier ciudadano de este país viviendo con preocupación todo lo que ha pasado últimamente con Cataluña y demás.
Cuando un deportista como usted deja ver esas dos facetas, ¿logra separar las dos cosas o precisamente es eso lo que no quiere que pase?
No, no lo busco. Creo que como cualquier persona de cualquier ámbito tiene esas dos partes que forman una: la profesional y la de ciudadano que pueden convivir siendo personajes públicos. Ya con los años he aprendido a llevarlo bien. Como deportista opinar de temas que están ahí y que parecen sensibles saca todo tipo de reacciones, pero es algo que debemos seguir haciendo para normalizarlo.
¿Los más jóvenes de la plantilla le suelen preguntar por estas inquietudes que van más allá del baloncesto?
Saben de mi interés en estas cosas y me preguntan por algunos temas de actualidad. Intento dar una opinión lo más subjetiva posible y después mi opinión más personal. Intento separarlo para que ellos puedan construir una opinión bajo su propio criterio. Eso es lo importante, no adoctrinar, sino compartir información y que cada uno tenga su opinión personal.
En su última visita a la Isla comentó en estas páginas que tenía varias opciones para su futuro. Al final optó por seguir jugando al baloncesto. ¿Por qué?
Por varias razones, la verdad. La primera porque el propio club y el propio técnico te dicen que cuentan contigo, te insisten en que sigas. Eso es un halago para un jugador. Llegué aquí con Salva Maldonado para un proyecto por lo menos de dos años y como él me dijo en su momento estamos a mitad de camino para asentar de nuevo al Estudiantes en la zona más digna. Debíamos acabar este último trabajo juntos. Fue capaz de convencerme. Y a nivel personal jugar un año más no me impedía empezar ya ciertas actividades de mis planes pos baloncesto. Como las dos cosas no van reñidas opté por seguir.
¿Por dónde irán esos tiros?
De las partes que se pueden saber, siempre he dicho que lo primero que haría en cuanto parara el basket para mí sería retomar los estudios, volver a la formación. Aquí mismo en Madrid he tenido esa suerte de encontrar grandes instituciones a nivel educativo. En su momento me lo planteé en Barcelona pensando que mi carrera iba a acabar ahí y como hemos visto ya ha llovido desde entonces. En Madrid se presentaba esa posibilidad de hacer un máster MBA, que haré cuando pare de jugar porque piden el 100%, y combinarlo con proyectos empresariales en los que ya me estoy metiendo fuera del baloncesto.
¿Qué le sigue dando el baloncesto a día de hoy?
Mi amor por el baloncesto no ha decaído en ningún momento y hasta cuando me he planteado la retirada. En el momento en que vaya a entrenar como ese funcionario malo que va a cumplir con su horario, desde luego que pararía. Siempre he tenido la suerte en estas 17 temporadas de no sentirme así. Me sigue costando dormir las noches de derrotas o cuando sé que he jugado mal. Aún voy a entrenar con ganas de aprender cosas, de mejorar, de ayudar a mis compañeros y al equipo. Por eso sigo en ello. Si paro al final de esta temporada es porque me tiran los siguientes pasos de mi vida, no por falta de amor y pasión por el baloncesto.
Ha utilizado el condicional, 'si paro esta temporada', ¿Aún no lo tiene claro?
Es que lo he dicho tantas veces que necesito tener un poco de credibilidad. No me quiero comer otra vez mis palabras [se ríe].
¿Le cansa o molesta que siempre le pregunten por ello?
Es una pregunta normal, no diría eso. Me cansa no acertar con la respuesta durante tanto tiempo [se vuelve a reír].
Ha vuelto a competir en Europa. ¿Ni siquiera los aeropuertos le cansan de este mundo?
Como le digo a los chavales del equipo, el que ha jugado en Europa con el Granca no se queja de cualquier otra experiencia en Europa. Los viajes desde aquí son más llevaderos. Cualquier viaje con el Granca era una matada. Aquí solo tenemos que coger un vuelo la mayoría de veces.
Tras 17 años como profesional, ¿de dónde saca las ganas, la motivación diaria?
Siempre he tenido este gen competitivo. Soy una persona con sangre, con orgullo que siempre intenta ser de los mejores en todo lo que he hecho, dar lo mejor de mí. Esa es mi motivación. En los últimos años he tenido un papel tanto de jugador como casi técnico ayudante. Eso te da otro aliciente. Es como ser gerente de una empresa y eso estimula bastante.
Es su segundo año en el 'Estu'. ¿Qué plan tienen ahí?
A nivel de equipo hemos evitado todas esas cosas obvias del Playoff o la Copa del Rey porque es algo que todos quieren. Nos centramos en tener nuestra mejor versión y encontrar nuestra regularidad, que solo lo hemos sacado a ratos.
Vuelve a la Isla. Tras tanto tiempo de profesional, ¿siente el cosquilleo?
Sí, claro. Cuando sale el calendario es uno de los partidos que miras cuándo será, más que nada porque quieres volver a ver a los amigos que tengo ahí, volver a pisar el Gran Canaria Arena, las caras de la gente de toda la vida. Pero en la parte del partido en sí, después de tantos años, uno sabe llevarlo mucho mejor.
