El Herbalife Gran Canaria no sólo se enfrentará mañana (11.30 horas, Movistar +) al Real Betis en un partido que, de ganarlo, le serviría para afianzarse en los puestos de playoff, sino que también lo hará contra un maleficio que le ha hecho perder ya dos veces frente a equipos que ocupaban el último puesto de la clasificación, justo donde se encuentran ahora los verdiblancos.
Precisamente el cuadro sevillano fue uno de los que consiguió vencer al Granca cuando se encontraba en lo más bajo de la tabla, el 23 de diciembre en el Arena. El otro fue el Divina Seguros Joventut, hace no tanto, el pasado 1 de abril. En ambos casos los claretianos acusaron un exceso de confianza que sus rivales, con mucha más necesidad de triunfo, supieron aprovechar al máximo.
Así que los de Luis Casimiro tendrán que salir en esta ocasión mucho más concentrados y, lo que es más importante, mantener esa intensidad durante todo el encuentro con el objetivo de evitar una nueva derrota ante un colista. En eso ha insistido el técnico manchego a los suyos, porque del resto, sobre el papel, el conjunto amarillo no debería pasar mayores apuros para vencer en el Palacio de Deportes San Pablo.
En el choque del día antes de Nochebuena el Herbalife pensó que tarde o temprano despegaría en el marcador, pero no lo consiguió. Fue el equipo entonces dirigido por Óscar Quintana el que, con un último cuarto espectacular, logró escaparse hasta obtener el triunfo por 83-90. En ese parcial, los verdiblancos ganaron por nueve puntos de diferencia, lo que resultó clave. Aquel día, Ryan Kelly (20 puntos) y Blake Schilb (16) destacaron sobre el resto.
Más de 100 puntos
En cualquier caso, el contexto que precede al partido de mañana es muy diferente. Si en diciembre el Real Betis llegaba al Arena después de dos victorias consecutivas producto de una reacción que se prolongó durante varias semanas más, ahora lo hace tras recibir tres varapalos en los que ha caído derrotado mediante soberanas palizas en las que ha encajado más de 100 puntos. Así cayó ante el UCAM Murcia (87-102), el Barcelona Lassa (121-56) y el San Pablo Burgos (96-101).
Por eso la misión principal de Javi Carrasco, quien fuera ayudante de técnicos como Aíto García Reneses, Joan Plaza o el propio Luis Casimiro en anteriores etapas, es detener la sangría de puntos encajados mediante la mejor de la defensa. O por lo menos eso cree el preparador del Herbalife.
En el otro encuentro que los amarillos perdieron contra el último clasificado, el descalabro se produjo en el primer cuarto, aunque después consiguieron enderezar el rumbo y forzar una prórroga. Pero el lastre de ir 10 abajo en el inicio del segundo parcial pesó demasiado. Finalmente, tras la disputa del tiempo extra, cayeron por 92-91 en un partido en el que el base argentino Nicolás Laprovittola sobresalió con 22 puntos.
Por otro lado, el reto del Granca mañana no es sólo ganarle a un colista, sino también obtener el triunfo fuera de casa, donde los claretianos sólo han conseguido vencer en cuatro canchas: la del Zaragoza (95-99) y el Barcelona (77-88) en la primera vuelta, y la del Gipuzkoa (80-87) y el Fuenlabrada (66-86) en la segunda.
Con ese doble objetivo acude el Granca a la cita en San Pablo en plena Feria de Sevilla. Olvidado ya el cuarto puesto, que permitiría a los isleños ser cabezas de serie, la consolidación de los puestos de playoff pasa por ganar más lejos del Arena, donde el Herbalife ha cimentado su sexta posición actual, con 16 triunfos y 12 derrotas.
Pero para que eso ocurra primero tiene que romper el maleficio que le ha hecho perder contra los que eran colistas en ese momento. Ya le ha pasado dos veces y tiene la lección aprendida, por lo que ya no tiene excusa. Si gane el Betis que sea por sus propios méritos, no por relajación de su rival.
