Apenas quedaban dos minutos para que finalizara el partido y el Granca movió el balón como nunca. Oliver, bajo aro, sacó un balón que llegó a la esquina para Xavi Rabaseda. El alero catalán soltó el brazo, el balón besó la red y el Herbalife Gran Canaria se liberó. El 80-74 alumbró en Siete Palmas y el equipo claretiano se sintió dichoso. Al siguiente ataque, Marcus Eriksson clavó otro triple y, definitivamente el recinto grancanario explotó. El Granca era quinto.

Repitió Pablo Aguilar unos segundos después desde la mismas distancia. La fiesta ya era total. Tocó su nirvana con otro triple que sepultó al Real Madrid y disfrutó de sus últimos segundos de temporada regular. El Herbalife, después de un curso complicado, con momentos donde los vaivenes se apoderaron del equipo, repitió su techo en la ACB al término de las 34 jornadas. La victoria ante el Real Madrid, recién proclamado campeón de Europa, le otorgaba la quinta plaza de la competición y un cruce ante el Valencia que podría abrir un territorio inexplorado para el escudo amarillo: la Euroliga, la mejor competición del mundo más allá de la galaxia que significa la NBA. Casi nada.

Le costó al Granca tumbar a un Madrid de circunstancias, pero siempre Real(88-78). Porque que los blancos llegaban a la Isla con lo justo era evidente. Bastaba con echar un repaso al 'roster' de Pablo Laso, sin Sergio Llull, Luka Doncic, Trey Thompkins, Gustavo Ayón, 'Facu' Campazzo o Jeffery Taylor. Y aún con toda esa ristra de bajas, el Madrid atesoraba dinamita suficiente como para complicarle el día a cualquier club de la Liga Endesa.

Pronto Anthony Randolph y Jaycee Carroll se encargaron de demostrar esa realidad palpable. Juntos desataron a un Real Madrid que no quería regalarle nada al Herbalife Gran Canaria, suelto al principio en el aro contrario. Espoleados por Gal Mekel en la dirección y la anotación -6 puntos y 4 asistencias en el primer cuarto-, el Granca se lanzó a por la quinta plaza en un partido donde se olió pronto qué no se iba a ver de entrada: defensas categóricas (13-18, min. 5).

A partir de ahí, el Granca voló. Le endosó un parcial de 14-0 que picó a Pablo Laso (27-18). El técnico paró el tiempo y reordenó las ideas de un equipo en el que empezaron a aparecer otros rostros temibles como el de Fabien Causeur o Rudy Fernández. Fue precisamente el alero internacional el que removió al Real Madrid. Siete puntos consecutivos del balear redujeron la distancia del Granca a una jugada (27-25). Luis Casimiro acudió puso la tarjeta sobre la mesa, sacó la pizarra y buscó una última acción para volver a distanciarse en el Gran Canaria Arena. Agua.

Encaró el Herbalife el comienzo de los siguientes diez minutos con un par de canastas con Radicevic y Eriksson en la firma (31-25, min. 12). Pero los 'niños' del Madrid venían con hambre. El junior sueco Melwin Pantzar -apunta maneras el muchacho- y Dino Radoncic agitaron a los suyos para liderar un parcial de 0-9 y obligar al Granca a parar el partido (31-34, min. 15). El Granca se tenía que tomar el asunto algo más en serio si quería convencer, barrer al Real Madrid y mirar de cara a la quinta plaza.

Se atascó el equipo de Casimiro en ataque bajo la figura imponente de Edy Tavares, ovacionado en su regreso como rival. Perdió el control en la zona y sostenido a duras penas por Marcus Eriksson, al Granca le costaba un mundo encontrar la manera de anotar (36-38, min. 17, tras un 2+1 del sueco). Con esas fatigas, el Herbalife logró empatar (38-38), pero a Carroll se le calentó la mano.

El exclaretiano galopó para convertirse en el mejor del Real Madrid. Acostumbrado a un rol eléctrico, destinado siempre a cambiar el rumbo de los partidos desde el 6,75, Carroll se estaba gustando en Gran Canaria, como el que brinda por los viejos tiempos del Centro Insular de Deportes, donde durante dos años casi todos los balones pasaban por sus palmas -acabó con 18 puntos, 14 al descanso, y 25 minutos en pista-. Bajo la figura del de Wyoming, el Real Madrid se levantó y volvió a decirle al Granca que si quería la victoria iba a tener que tomarse el envite con algo más de tensión. Al término del cuarto, el Herbalife Gran Canaria estaba seis abajo (41-47) y el runrún corría en el Arena cuando la grada miraba a su móvil, buscando los resultados de Iberostar, Andorra y Unicaja.

En su mano

El Granca lo tenía su mano para ganar el partido. Conocía el camino y lo primero era ponerse a defender algo. Volvió Gal Mekel a liderar al Herbalife en el arranque de la segunda parte. El guión, sin tanto brillo como al inicio, encontró los mismos protagonistas por bandos. Si el israelí mandaba en el Granca, la dupla Randolph-Carroll sostenía al Real Madrid.

Sin embargo, los de Luis Casimiro se lanzaron a por el partido.Y lo hicieron elevando algo sus prestaciones en ataque y mirando al aro rival con ganas. La combinación resultó efectiva. Poco a poco, con DJ Seeley mandando en el arranque del tercer cuarto, el Granca fue acercándose al Real Madrid, pisándole los talones a un equipo que ha cumplido con creces ya esta temporada al sumar en Belgrado el domingo su décimo entorchado continental a lo grande (53-54, min 23., tras un triple del escolta norteamericano). El cansancio en la corta rotación blanca, de once jugadores y completado con el nombrado Pantzar y Mario Nakic.

Siguió el Granca a lo suyo y, tras pelear cada canasta, consiguió ponerse por delante con otro triple de Xavi Rabaseda -una evolución para estudiar la suya en el 6,75 en los últimos encuentros, 3/4 aciertos en la noche de ayer-. Desde que el 60-58 apareció por el marcador, el Herbalife Gran Canaira no se volvió a poner por detrás nunca más. El botín para encarar los últimos diez minutos de partido del equipo de Luis Casimiro, cinco puntos, como el número que perseguía en la noche de ayer (67-63).

No se entregó el Real Madrid todavía. Le dio tiempo a empatar la contienda con Dino Radoncic reivindicándose y Caseur manejando a los de Laso (71-71, min. 36).

El Gran Canaria se inspiró, se alió con el 6,75 y acabó por romper un partido que el Real Madrid, dentro de sus posibilidades, nunca desechó. Pablo Aguilar metió el primero y Marcus Erikkson, el segundo. Siguió la historia con RAbaseda, Erikkson y de nuevo Pablo Aguilar. Sonó la música de La Rama y algo grande se vivía en el Gran Canaria Arena. Porque cada uno de los asistentes al recinto de Siete Palmas sabía que el Granca había dado un gran paso para encontrarse con un lugar desconocido: la Euroliga. Pero para eso aú queda como mínimo el Valencia.

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Liga Endesa: Herbalife Gran Canaria - Real MadridTweets por el @GranCanariaCB.