El Centro de Iniciativas Culturales de la Caja de Canarias (Cicca) acoge estos días y hasta el 20 de octubre, la exposición Lo buscado, lo encontrado y lo perdido, de Paqui Martín, una inmersión a través del grabado en mares que sólo existen en la mente de la artista.

La historiadora del arte Ángeles Alemán, escribe en el catálogo que acompaña a la muestra : "El mar aparece desde hace años, como una constante, en la obra de Paqui Martín. Elemento de una cartografía imaginada, lugar de ensoñación de actividad incesante, el mar aparece una y otra vez en sus grabados.

En su obra reciente, la realizada desde hace un año, el mar adquiere una potencia diferente en su representación: amplio, majestuoso, bajo cielos de tormenta o de calma. El mar se transforma ahora en un magma poderoso, en un paisaje plagado de secuencias, en el espejo donde se refleja la artista. Lo buscado, lo encontrado, lo perdido: el mar se convierte en una metáfora poderosa del sentido de la vida.

Bajo un cielo nocturno, el paisaje doble que inaugura esta serie adquiere una dureza casi metálica. En los sucesivos grabados, el mar se amansa o se transforma en la tormenta, se pierde en la lejanía o, en la mayoría de los casos, adquiere el protagonismo total del cuadro. El cielo que lo cubre, sereno o tormentoso, es de una riqueza excepcional. En algunas casos, el color, apenas sugerido entre las tintas negras y azules, tiñe de ocre o de violeta los paisajes.

Paqui Martín es una investigadora incansable en el grabado, en las diferentes formas de hacerlo, en los variados elementos que lo configuran. Estos grabados, algunos de los cuales alcanzan una magnitud considerable en su tamaño, articulan un lenguaje sincero, una visión íntima del sentido de la vida.

La relación física con la plancha, la multiplicidad de elementos que utiliza, impregnan esta obra de un sentido nuevo, de una suerte de 'action painting', de un esfuerzo físico que en el resultado, por su elegancia, por su sentido de la composición, apenas se trasluce.

Sin embargo, estudiar detalladamente cada uno de estos grabados es entrar en un mundo secreto, en una especie de mapa en el que seres extraordinarios habitan el agua. Los detalles, usados en uno de estos grabados como origen de varios monotipos, alcanzan personalidad propia y delatan un perfeccionismo en apariencia imposible. Cada línea, cada variación del color, se encuadran en una exquisita mirada, en una composición enmarcada, amparada en las innumerables imágenes del agua".