El pintor Juan Luis Alzola inaugura este martes, a las 20.00 horas, en el Centro de Artes Plásticas del Cabildo grancanario, la muestra denominada Corporis mysterium, integrada por dieciséis lienzos, fechados entre el año 2003 y 2007. La muestra del artista que forma parte de la denominada generación de los setenta permanecerá abierta hasta el próximo día 30 de noviem- bre, y representa el primero de los proyectos plásticos que el Departamento de Artes Plásticas del Cabildo pone en marcha en el marco de una ambiciosa iniciativa, donde la Isla se convertirá en punto de encuentro y diálogo de artistas canarios con los de otras latitudes.

El creador y su destreza le ha llevado a permanecer siempre cerca de las vanguardias. Desde su proyecto Siete dientes guanches de 1979, en el que Alzola saludaba el impacto de la abstracción postpictórica de autores como Newman, Noland, Stella o los propios ecos del Manifiesto de El Hierro, el artista no ha cesado de indagar en las corrientes artísticas del momento, envejeciendo fabulosamente, como señala el crítico Franck González en el catálogo editado con ocasión de la muestra.

Para González, sus anteriores muestras individuales Siete dientes guanches y Una partida de billar sentarán el modo de "interactuar que Alzola sostiene con el arte, o mejor, con el mundo del arte. En ese sentido, Luis Ayala, en su texto "El sentido de la obra mínima de J.L.A.", publicado en el catálogo de la exposición Alzola. Obra mínima (Vegueta, 2004)" volvía a recordarnos -veinte años después- que "para Alzola el arte nunca es ajeno al artista; ni el artista es ajeno al arte".

Para el crítico, "exposiciones como Animales (Vegueta, 1991), La Encantada (Vegueta, 1997) y muy especialmente Memoria y Obra (Vegueta, 2006) abrirán un sendero en el que cada nueva entrega de Alzola parece querer dar respuesta a preguntas no resueltas en los trabajos anteriores. Preguntas nunca explicitadas en su producción visual, como tampoco ahora en Corporis Mysterium (Equívocos)".

"Encuentro tan difícil pintar una figura que generalmente ya me parece suficiente para expresar lo que quiero. Y, por supuesto, tengo la obsesión por hacer la imagen perfecta", declara el pintor. Esa imagen perfecta, aquella que está dispuesta a dotar de sentido a lo que el artista anda buscando, aquella que da respuesta a la pregunta que sobre la obra se hace el artista es, tal vez, aquella que da cauce a trípticos como Cabeza de Piscator o Atlante. "Aquella necesidad de encontrar en la mirada del otro la respuesta a la pregunta trazada. La necesidad de transformar en el otro aquello que ya no podemos cambiar en nosotros mismos", afirma González .

La pintura de Alzola, según Carlos Díaz-Bertrana, es "una especulación plástica sobre la ontología del arte,". Realizó su primera exposición personal en El Museo Canario de Las Palmas en 1971; y cuenta en su haber con diversas exposiciones individuales y colectivas. El artista, que tomó parte en los movimientos artísticos y político-sociales de la Transición en Canarias, desarrolla ahora su labor en el campo de la creación explorando el lenguaje artístico. Ideas y conceptos materializan su proyecto desde perpectivas duchampianas hasta el post-dadaísmo.