El intérprete, que mañana recibirá la Cámara de Oro que entrega la revista alemana Hörzu a toda su trayectoria artística, asegura que su felicidad consiste en poder mirar a los ojos cada mañana a sus tres hijos, Elliot, de ocho años, y los gemelos Aaron y Julian, de once.

El legendario actor de cintas como "Taxi Driver" (1976) o "Los Intocables de Eliot Ness" (1987) y director de "El Buen Pastor" (2006) asegura que los atentados del 11 de septiembre de 2001 le hicieron comprender que "cada día es un regalo" y asegura que, entre sus nuevos proyectos, figura un "remake" de una película de Marcello Mastroianni.

De Niro afirma que no se recrea con el pasado sino que mira "hacia delante" y que "invierte tanta vida" en cada uno de sus papeles que para él, una vez concluye el rodaje, se cierra un capítulo de su carrera.

Aseguró que cada premio "aporta alegría" pero también induce a la "reflexión" y responde con un "¿y quién no?" a la pregunta de si teme a la muerte.

"Intento vivir el mayor tiempo posible y de la manera más sana.

No fumo", apunta el actor, quien desvela que se levanta cada día a las 4.30 de la mañana para tomar un café y hacer gimnasia con un entrenador personal, con quien practica aerobic.

Sus actividades diarias incluyen llevar a los niños al colegio, mantener reuniones profesionales, leer guiones y asistir al cine o al teatro.

La madurez tampoco le ha acercado más a la religión, ya que afirma que no cree en Dios y que las religiones son "hipocresías" que han provocado "mucha maldad", "pero creo en una cierta forma de reencarnación y en que existe un algo espiritualmente superior", sostiene.

Además, sobre la supuesta sabiduría acumulada con los años, sostiene: "Cuanto más sabes, más consciente eres de lo poco que sabes".

De Niro (Nueva York, 1943) resta importancia a los cerca de veinte millones de dólares que gana por película, ya que considera que el dinero "no es lo más importante" en la vida aunque admite que la hace "más fácil y más despreocupada".

"No me hice actor por el dinero sino por el ansia de colarme en otras vidas", apunta el también director, quien admite que entre los lujos que le proporciona el éxito está el poder disfrutar la de la buena cocina, entre otras, la italiana, la japonesa y la alemana.

"Mi estómago se alegra de visitar Berlín. Es alimento para el alma", señala De Niro y revela que con sólo veinte años hizo autoestop por la extinta República Democrática Alemana y le "fascinó" esa "atmósfera este-oeste".

Preguntado por las posibilidades de su amiga Hillary Clinton de ganar las primarias del partido demócrata estadounidense, respondió: "Le apoyaría si no existiera Barack Obama".

"El país necesita un hombre que traiga consigo un nuevo comienzo moral. Yo votaría por él" indica De Niro, cuya mesita de noche comparten actualmente una doble biografía del presidente Roosevelt y el primer ministro Churchill y el libro para padres "¿Cómo impongo disciplina a mis hijos?".