"La gente sale absolutamente encantada de Humo porque su estilo narrativo es la tragicomedia, la vida misma". El actor Juan Luis Galiardo hablaba ayer así en el Teatro Cuyás sobre la obra de Juan Carlos Rubio, que lleva a escena hoy y mañana (a las 20.30 horas) y el domingo (a las 19.00 horas) en el escenario capitalino.

Galiardo estará acompañado en la representación, que cierra la temporada en el Cuyás, por Kiti Mánver, Bernabé Rico y Gemma Gutiérrez, dirigidos todos por el propio Rubio.

A grandes trazos, Humo aborda la historia de Luis Balmes (Juan Luis Galiardo), que lleva casi dos décadas viajando por el mundo y ayudando a todo el que pague por ello a librarse de la peligrosa adicción al tabaco. Su famosa terapia le ha llevado hasta Málaga, ciudad en la que reside su ex esposa, Ana (Kiti Mánver).

Luis decide ir a visitarla al periódico local (en el que la mujer trabaja e intenta sacar a flote su vida profesional y personal) y confesarle el más inconfesable de los secretos: ha vuelto a fumar.

Una vez juntos, las verdades y las mentiras irán saliendo a flote. Nada es lo que parece. El pasado y el presente se mezclan en una noche que se presenta larga. Y es que a ambos les cuesta reconocer que la adicción más peligrosa que comparten es su amor.

En el transcurso de la rueda informativa, Galiardo afirmó que "La mentira está en los propios personajes; la excusa es la terapia del tabaco, pero la mentira está en ellos".

"Para evitar el dolor, hemos creado la mentira", dijo en otro momento Galiardo, un actor que trabajó con Charlton Heston y Sofía Loren en Hollywood. "Esta obra es terapéutica. He sido un hombre que ha debido reciclar sus comportamientos varias veces. He sido un soberbio y un cretino obstruido", confesó el actor en el Teatro Cuyás, "que ha querido curarse de sus dolores para erradicarlos".

El actor estuvo muy sincero en su comparecencia ante la prensa: "He perdido en mi vida mucho tiempo. En la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria tuve una boutique con mi primera mujer, cuando era el guapo oficial que se tumbaba en Las Canteras a tomar el sol para que las mujeres le aplaudieran. Ahora trabajo en la recuperación de ese tiempo perdido.

Mi discurso vital para el poder -que es el que distribuye condecoraciones- es indignante; a ellos les gustaría verme más mayor y jodido. Acepto mi vida, pero hubo una franja en la que estuve demasiado tiempo en la oscuridad. Fue una época en la que estuvo presente la ludopatía, el sexo voraz, la violencia, la estupidez, el desacuerdo con todo? Aprendí muchas cosas, todas las que no quiero ser. Ahora quiero ir hacia la luz", confesó.