La palabra argot designa al vocabulario específico que utiliza un grupo de personas que comparten características comunes. Con frecuencia se le asocia a la expresión vulgar. Menos habitual es que se maneje su raíz etimológica, que se remonta al código cifrado que usaban los antiguos maestros constructores de catedrales para preservar su saber. Argot: arte gótico. Esta significación agazapada es la que titula el proyecto que Concha Jerez y José Iges inauguran esta noche, a las 20.30 horas, en la sala San Antonio Abad.

Veteranos españoles del arte intermedia, Jerez e Iges han retomado una obra en proceso que concibieron inicialmente para la Catedral de Colonia, y que finalmente estrenaron en la sede del antiguo Museo de Arte Moderno de Viena que gira en torno a "un texto nómada en busca de un soporte", en palabras de Iges.

Tras haber pasado por un gran homenaje a Fluxus en Colonia y por el CGAC de Santiago de Compostela, Argot, tercer eslabón del Programa de artistas-comisarios de San Antonio Abad, en el que han participado ya Juan Hidalgo y PSJM, llega a la Isla reformulado como un relato que no logra asentarse en un libro proyectado en el espacio y como un palimpsesto de voces radiadas que entonan en varios idiomas fragmentos inconexos del texto, una reflexión sobre el papel del artista en el mundo.

Como es rasgo distintivo del trabajo de Jerez e Iges, la obra combina dispositivos tecnológicos con resonancias arcaicas, a la vez que constituye una asunción del arte como alteridad radical. Una inmersión en un campo de tensiones que está en la base de la cultura occidental: entre escritura y oralidad, entre mito y logos, entre oculocentrismo y un cuerpo que al que se le quiere arrancar los ojos.