La actriz sueca Noomi Rapace, que encarna a Lisbeth Salander, la joven y fuerte hacker de Los hombres que no aman a las mujeres de la trilogía Millennium de Stieg Larsson, llegó el pasado jueves a la localidad murciana de a Águilas para recibir un premio de Telepeñón por la vinculación que su padre tuvo con esta localidad.

Rapace admitió sentirse muy identificada con el personaje. "No me resultó muy complicado. Desde las primeras páginas de Los hombres que no aman a las mujeres me sentí muy identificada con ella, ya que encontré cierta conexión entre mi personalidad y la de la protagonista". No obstante, admite que "he hecho todo lo que estaba en mi mano para bordar el papel de la protagonista. Todo el equipo ha trabajado muy duro, pero eso nunca se sabe. La obra original era muy larga y ha habido que dejar sólo los pasajes más importantes". La actriz tuvo que entrenar duro para coger el tono físico que requería el proyecto, además de alterar su apariencia para asemejarse a la protagonista.

La película le ha abierto puertas fuera de su país natal: "Si no fuera por Millennium no me conocerían fuera de Suecia y mis mejores películas son europeas. No me gusta ser la típica actriz famosa que sale en todas las revistas. A mí lo que realmente me interesa es seguir trabajando como actriz porque amo esta profesión", afirma.