- ¿Cómo está afectando la crisis a la programación del Teatro Pérez Galdós?

- La crisis ha cogido a este teatro justo en el momento en el que estaba desarrollándose y nos ha obligado a recortar y moderar los presupuestos. Si hasta ahora hubo recortes o congelación, para el año que viene habrá una reducción de presupuestos de más del 30%, lo cual significa, si no bajar el número de espectáculos, sí bajar la entidad. En cierta medida se puede salvar la calidad, que es lo que se pretende, pero a lo mejor la temporada 2010-2011 no podremos hacer cuatro óperas, haremos dos o tres, según nos afecte, y sustituiremos por otros espectáculos más baratos, como pueden ser el ballet, conciertos o recitales. Pero también tenemos que apretarnos el cinturón en aspectos que pueden ser muy importantes como la parte de promoción y publicidad.

- ¿Cambiarán muchas cosas tras la recesión para espacios como el teatro?

- A corto plazo hay que buscar el dinero necesario para sobrevivir, pero también hay que buscar soluciones de cara al futuro, que hagan que todo esto sea más viable. Hay que sentarse un poco y reflexionar y ver cuál va a ser el futuro de estos teatros, orquestas y auditorios, en función de que ya nada volverá a ser como antes, eso está claro. La sociedad misma demanda esa reflexión, porque no todo el mundo está dispuesto a que se gaste dinero en un sector que aparentemente no les afecta directamente. Aparentemente, porque yo creo que la cultura es un aspecto necesario para el ser humano, y la sociedad tiene que percatarse de eso.