El concierto homenaje a Alfredo Kraus nos trajo de nuevo a nuestra paisana Yolanda Auyanet, con la OFGC bajo la dirección de su titular Pedro Halffter, en un programa de obras todas ellas del repertorio de nuestro eximio cantante. Vaya por delante que estos conciertos populares de nuestra magnífica Orquesta, "uno de los proyectos de mayor alcance y significación cultural en España", como bien dice el programa, debieran prodigarse algo más aprovechando las fiestas de la Comunidad Autónoma, de la Isla o de la ciudad, pues los oyentes primerizos de hoy, mañana de seguro serán abonados habituales.

Una crítica necesariamente corta, pues todos los fragmentos elegidos por la soprano fueron cantados magistralmente, con una afinación envidiable, cosa no tan frecuente en cantantes, y así de la tesitura diabólica de Come scoglio, más de dos octavas con notas graves dificilísimas, todas perfectamente audibles, a la coloratura de Non mi dir, resuelta perfectamente, con gran limpieza, pasamos a trozos más cantables como Adieu, notre petite table o Los pescadores de perlas y el aria de las joyas de Fausto (el aria de la Castafiore de Tintín) que repitió como regalo. Todo el recital fue una auténtica delicia, no sólo por la perfecta afinación, sino por la variedad de estilos, todos ellos estupendamente expuestos. Pensaba al terminar que faltaba algo de zarzuela y vinieron como regalo las carceleras de Las hijas del Zebedeo, de Chapí, plenas de gracia. Esperamos ver pronto a tan buena soprano en algún programa no tan variado. La Orquesta una vez más sonó muy bien con una rapidez endiablada para muchos en Las bodas de Fígaro (la partitura pone Presto) y fue desgranando entre aria y aria diversos trozos de La arlesiana de Bizet.