El director venezolano Gustavo Dudamel no se siente "el Mesías de nada" sino que asume la responsabilidad de difundir "la labor gigantesca" del sistema musical de su país, y opina que si el mundo trabajase como una orquesta "sería perfecto", pues prevalecería la camaradería frente a la intolerancia. Así lo manifestó el director en una rueda de prensa que ofreció ayer en el Auditorio de Tenerife con motivo de su participación en el XXVI Festival de Música de Canarias, donde tiene previsto dirigir a la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo en dos programas, el primero con la sexta sinfonía, "Pastoral", de Beethoven y la cuarta de Carl Nielsen, la "Inextinguible". Mañana y pasado estará en el Auditorio Alfredo Kraus.

El segundo programa consistirá en el estreno de Rituales Amerindios, compuesta por Esteban Benzecry por encargo de la Sinfónica de Gotemburgo, así como el concierto para piano número 4 de Rachmaninov con la participación del pianista noruego Leif Ove Andsnes y la segunda sinfonía de Jan Sibelius.

Gustavo Dudamel negó en la rueda de prensa que se considere "el responsable de nada" pero sí "el producto" del sistema nacional venezolano de orquestas que creó hace 35 años José Antonio Abreu, a quien calificó de "un ángel de carne y hueso".

Dudamel se siente parte de la generación que lleva el mensaje musical de Abreu "y trata de hacerlo crecer", y por ello "fue bellísimo" el hecho de que ayer unos mil jóvenes canarios asistiesen al ensayo celebrado en el Auditorio de Tenerife "escuchando en silencio la música de Nielsen, que no es fácil".

"El mundo está necesitado de la cultura como un arte sublime, un elemento que brinda sensibilidad", opinó el joven director de Barquisimeto, para quien un concierto puede cambiar la vida del oyente "en ese momento, puedes entrar triste y salir contento o al revés".

A su juicio, una orquesta funciona como una pequeña comunidad y por ello si el mundo actuase de igual forma sería perfecto, con el patrón de la camaradería y de la armonía frente al de la intolerancia.

Como ejemplo señaló que del sistema nacional de música en Venezuela participan unos 300.000 niños y jóvenes y ellos pueden esquivar el crimen o la droga al poner en práctica su visión de la música, lo que han aprendido al interpretarla, que también consiste en escuchar y actuar al mismo tiempo que sus compañeros de orquesta.

Gustavo Dudamel también dijo que ha encontrado "un ambiente de apertura magnífico" a su visión de la música en las grandes formaciones que ha dirigido y señaló que "la energía, el secreto, está en disfrutar de lo que se hace, porque entonces se convierte en algo mágico, que es lo que trato de exprimir en una orquesta".

En Venezuela la música se ha convertido "en un derecho social" y esto "te cambia la vida, es una forma distinta de apreciar la música porque se convierte en una necesidad", y por ello "tenemos el lema de tocar y luchar".

"Yo soy soñador y extremadamente romántico en mi visión de la vida, pero también hay que trabajar mucho y tener disciplina, combinar los ingredientes con un poco de sal, azúcar y pimienta para tener la receta mágica, porque la pasión sin disciplina, o al contrario, la una sin la otra, no caminan", puntualizó.

En su opinión la juventud para dirigir una orquesta no es obstáculo "si te preparas bien", el problema está "en querer cambiar las cosas por cambiarlas", en subirse al podio y pensar "yo soy el jefe", cuando un director sin orquesta "no es nadie" y lo que debe hacer es "sacar lo mejor de su instrumento".

Se mostró "agradecido" por contar con "tres maravillosas orquestas", la Simón Bolívar, la de Los Ángeles y la de Gotemburgo, que calificó como "una familia gigantesca". También confía en que su visión de la música cambie con el tiempo, y de hecho afirmó que interpretó la cuarta sinfonía de Nielsen hace seis meses y era "totalmente diferente", pues considera que "cuando se acaba la evolución, se para la música". El pianista Leif Ove Andsnes, por su parte, elogió el concierto para piano número 4 de Rachmaninov, una mezcla de jazz y neoclacisismo a su juicio ensombrecida por otras obras del autor.