La realidad sigue danzando desdoblada en los lienzos de Hugo Scornik, artista que muestra hasta el próximo viernes en la sala de exposiciones del Club Prensa Canaria su muestra Dualidades III. Kinrocs, tercera entrega de su particular indagación en la confluencia e identificación de contrarios en un mismo plano.

El también arquitecto explica que "precisamente en arquitectura hay algo muy difícil de resolver: el encuentro entre dos fachadas, entre dos lados disímiles". Kinrocs, alias anagramático de Scornik, acude en varias ocasiones al baile en pareja para resolver esa dificultad, principalmente al tango, "danza en la que se trata la identificación-interpenetración entre el hombre y la mujer". En otro caso son dios y el diablo los que arman la dualidad, en el cuadro titulado Cruz y ficción, o Alicia y el conejo, de la obra de Lewis Carrol, insistiendo en esa idea de que "toda parte de la realidad siempre incluye su contrario".

Hay también muchas manos en los 37 cuadros de la exposición, "manos que parecen realistas pero no lo son, son como de robots", explica Scornik, argentino afincado en Gran Canaria de forma intermitente desde 1972. Finalmente, el artista ilustra su repudio por un arte conceptual en el que todos quieren ser Duchamp acudiendo a un viejo tango: "Cualquier cacatúa sueña con la estampa de Carlos Gardel".