La necesidad de cumplir con unos trámites burocráticos demasiado rigurosos y el poco entendimiento entre la administración del Estado y la regional han convertido la ampliación del Archivo Histórico Provincial Joaquín Blanco de Las Palmas de Gran Canaria en un asunto que, tras diez años de historia, parece que va camino de eternizarse. El proyecto ha pasado por multitud de etapas en las cuales planos y reformas se suceden sin satisfacer ni al Ministerio de Cultura ni al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, y sin que hasta el momento sea solventado.

El Archivo Histórico Provincial de Las Palmas de Gran Canaria está situado en la plaza de Santa Ana, nº 4, desde 1987, pero fue creado por el Ministerio de Educación Nacional, por Orden de 20 de septiembre de 1948, y ubicado en un primer momento en la calle Murga 42, junto al Instituto de Higiene. De aquí pasó a la Casa de Colón, primera institución cultural de la provincia, donde permanecería hasta el año 1987 cuando se trasladaría a la actual ubicación del mismo.

El edificio que acogería la ampliación del Archivo Histórico estaría situado entre las calles Doctor Chil y Espíritu Santo, justo detrás de la plaza de Santa Ana, en Vegueta, donde antiguamente se encontraba el colegio de San Antonio, que primero pasó a manos privadas y luego al Ministerio de Cultura. El director del Archivo Histórico, Enrique Pérez, recuerda que, en principio, en el año 1910, se compró un edifico de diez propietarios que tuvo que ser ajustado ya que estaba en una situación ruinosa. "El archivo se amplía porque no podemos seguir incluyendo más documentación ya que no nos cabe", reconoce el director. "Tenemos diez kilómetros y medio de archivos y ante este estado las opciones fueron quedarnos aquí, comprar la casa de al lado o irnos fuera de la ciudad".

Hasta aquí todo parecía correcto, pero entonces se produce la primera paralización de la obra. "Volvemos a hacer otros inicios", comenta Pérez, "ya que no se puede ensanchar o profundizar el archivo, y por este motivo el arquitecto hace un segundo plano en el que saca muy pocos kilómetros de estanterías". El problema en esta ocasión se produce porque el archivo alcanza 5 kilómetros escasos, cuando el proyecto inicial era de 5 a 8. Por este motivo, nuevamente se paraliza para estudiar las medidas y se acepta realizar un nuevo plano por parte del Ayuntamiento.

Para entonces se produce una tercera demora tras una prospección arqueológica en busca de yacimientos en las obras y se realizan nuevas facturas. "Esta prospección sale estéril", señala Pérez. "Por eso ha habido más gastos y más demoras, ya que en Política Territorial tienen que emitir un informe para dar el beneplácito de lo que se puede hacer". En estos momentos el proyecto está muy avanzado y se espera que en 2010 se comience con la primera piedra. Pérez recuerda que de Política Territorial tiene que pasar al Ayuntamiento y luego a la Concejalía de Urbanismo. Espera que este año se conceda la licencia definitiva.