El arte flamenco tuvo una notable presencia en las Islas con el trabajo de pintores cotizados y considerados de los más representativos de este movimiento. El doctor en Historia y experto en arte flamenco y conservador jefe de Pintura Flamenca y Holandesa del Museo del Prado, Matías Díaz Padrón (Valverde, 1935), se apoyó ayer en esta aseveración para articular su intervención en la tertulia Piratas, arte flamenco y destrucción, que se celebró en el Gabinete Literario dentro de los actos que se han venido celebrando en las últimas semanas en torno al intelectual y humanista Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538-1610), con motivo del cuarto centenario de su fallecimiento.

Díaz Padrón se debe al arte flamenco, y por tanto su intervención en este foro sobre la figura del autor de Templo Militante, "una figura insigne, poeta y dramaturgo que llamó la atención de Góngora", afirmó, se circunscribió a abundar en una serie de pinturas flamencas localizadas en las Islas, mayormente atribuidas y catalogadas por el propio Díaz Padrón a autores de relevancia de la época, a modo de "ejemplos significativos que los tuvo que ver Cairasco de Figueroa". Esto es, pintores contemporáneos suyos.

El paralelismo de Díaz Padrón no es gratuito, ya que en su opinión Canarias es depositaria de una colección de arte flamenco "que no es mucho" pero de una categoría excepcional. "El largo brazo de Flandes no acababa en Sevilla sino que el arte flamenco había atravesado España y llegó a estas islas", afirmó. Un hallazgo del que ha sido testigo constante y del que no deja de maravillarse, tal como hizo ayer en su intervención en esta tertulia en el Gabinete Literario.

En su opinión, "la pintura puede servirnos como medio de conocimiento, un documento sociológico e histórico que puede decir algo más", subrayó Díaz Padrón para hacer entender en este caso, el arte flamenco y las obras que se encuentran en la Islas permiten entablar un retrato de la sociedad de entonces, y de sus valores culturales.

"Es sorprendente que en unas islas perdidas en el Atlántico se pudieran localizar obras de pintores que son difíciles", apuntó Matías Díaz Padrón. Es el caso de Joos van Cleve (1485-1540), un pintor cotizado y reclamado por las casas reales de España y Francia, a quien Antón Cerezo y Sancha Díaz le encargaron pintar un retablo que se encuentra en Agaete. "Es una de las maravillas del arte flamenco, el mejor, con una técnica admirable a quien le hicieron este encargo para lo que se enviaron a la Isla las tablas selladas desde Amberes". Obras en las que se puede observar el paisaje del municipio grancanario,

El recorrido por las joyas del flamenco en Canarias llevó el discurso del conservador del Prado hasta la isla de La Palma para fijar su mirada en un tríptico de Pierre Pourbus, cuya obra en España es escasa.

La alocución de Díaz Padrón dio paso a una tertulia que dio comienzo con la intervención del divulgador Alfredo Herrera Piqué, quien valoró el acertado arranque del experto en arte flamenco en los retablos de Agaete, localidad en la que según Herrera Piqué "tomó las ordenes religiosas Bartolomé Cairasco de Figueroa".

La última cita con estas tertulias será el 3 de noviembre con el título de Cairasco en su contexto histórico-artístico.