La representación de la obra maestra del belcantismo, Norma, en el teatro Pérez Galdós, inició anoche la 44ª Temporada de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria. Con todas las entradas vendidas para las cuatro funciones desde semanas atrás, entre los espectadores se adivinaba una presencia de los socios más antiguos de Asociación Canaria de la Opera (ACO), además de empresarios y patrocinadores del festival, con la asistencia además del alcalde Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, el crítico musical italiano Andrea Merli, y de jóvenes que destacaban la sutil y envolvente música de Bellini para iniciarse en este arte.

La dirección escénica de Mario Pontiggia dejó un buen sabor de boca entre los aficionados gracias a una versión en la que destacaban la suntuosidad del decorado debido, principalmente, al mayor espacio que permite un teatro de estas características. Así, la pieza estrella y cumbre del belcantismo, el aria de la invocación a la Luna Casta Diva que se sucede inmediatamente después de la entrada de Norma en el primer acto, resultó mucho más hermoso y convincente que en otras anteriores representaciones que recordaban algunos espectadores.

Con los druidas esperando el plenilunio, un imponente tronco con muérdago alrededor se situaba en medio del escenario con una enorme luna de fondo, creando una visión especialmente hermosa para el lucimiento de Dimitra Theodossiu en el aria por antonomasia de las grandes sopranos de la historia. También resultó emocionante el clásico enfrentamiento entre ambas sacerdotisas simbolizada en el célebre dúo Mira o Norma, donde interviene Thodossiu con Ruxandra Donose, además de las intervenciones del tenor Fabio Sartori como Pollione, el bajo italiano Carlo Colombara en el papel de Oroveso, la mezzo canaria Rosa Delia Martín como Clotilde, y el tenor Francisco Navarro en el rol de Flavio.

Sin embargo, lo que realmente muchos destacaron es la facultad de un título de estas características para atrapar a cualquier espectador, por muy poco familiarizado que estuviese con este arte, ya que remitía a estrellas de la ópera como Calla y Pavarotti. Logrando una sonoridad totalmente sutil y accesible de la música de Bellini por parte del maestro Fabrizio María Carminati, que dirigía a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria con pulso firme, esta Norma transportaba perfectamente al ambiente de la Galia prerromana a través de la relación apasionada de dos personajes de culturas antagónicas.

La mayoría de los espectadores también opinaban positivamente sobre la nueva temporada del festival por el hecho de combinar un título tan importante y conocido para el aficionado como este Norma con otros no tan habituales como Los dos Foscari de Verdi, sobre las intrigas políticas de la antigua república de Venecia, en un drama histórico de Lord Byron.