La llegada hoy de los primeros visitantes al pazo de Meirás, residencia de verano del general Franco, ha despertado una gran expectación a las puertas del recinto, y las entradas para realizar el recorrido por sus dependencias están ya agotadas hasta el próximo mes de julio.

Coincidiendo con la apertura del pazo, esta mañana se han concentrado frente a sus puertas una decena de miembros de la Comisión para la Recuperación de la Memoria Histórica de A Coruña para exigir la devolución de este inmueble a la sociedad, y han repartido información entre los visitantes denunciando el "expolio" al que fue sometido el pazo.

Los primeros visitantes destacaban al finalizar el recorrido lo cuidadas que están las instalaciones, la gran cantidad de libros antiguos que alberga su biblioteca, el gran busto de Franco ubicado en la entrada al pazo y los numerosos trofeos de caza que adornan las estancias, así como las magníficas vistas del que fue despacho del general Franco.

El alcalde de Sada, Abel López Soto, del Bloque Nacionalista Gallego (BNG), ha valorado en declaraciones a Efe la apertura del pazo, aunque ha precisado que se trata "del final de una etapa, pero no de la carrera".

López Soto ha reclamado la devolución al patrimonio público del pazo de Meirás y ha asegurado que no dejará de trabajar para que así sea.

"No tiene sentido que, una vez que el dictador dejó de ser jefe del Estado, su residencia de verano no pase al patrimonio de la sociedad gallega", ha asegurado el regidor, que ha exigido a la Xunta que trabaje en este sentido.

El alcalde señaló que el cupo de visitas, previa solicitud a la Consellería de Cultura de la Xunta, está agotado hasta el próximo mes de julio.

Las visitas gratuitas se realizan desde hoy todos los viernes, en cuatro turnos diarios de quince personas cada uno.

El pazo de Meirás, que fue adquirido tras una cuestación popular durante la Guerra Civil para ser regalado a Franco, se ha abierto al público tras un acuerdo entre su familia y el Gobierno gallego, transcurridos más de dos años desde que el pazo fuese declarado Bien de Interés Cultural por el anterior Gobierno (PSOE-BNG), y tras rechazar el Supremo el recurso de los propietarios contra esta decisión.