Es mucho más que un vestido", afirmó hace unas semanas la directora de la edición británica de la revista Vogue, Alexandra Shulman, sobre el secreto mejor guardado del enlace, el próximo viernes, de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton: el traje de la novia.

Muerto el gran hombre de la moda inglesa, Alexander McQueen, y cuando los rumores apuntaban con fuerza hacia su sucesora, Sarah Burton, irrumpen en los últimos días los nombres de profesionales reconocidos, como Bruce Olfield, Philippa Lepley o Amanda Wakeley, sin dejar de lado a quinielas donde señalan a Stella McCartney como creadora del vestido o, incluso, a aquellos que apuntan hacia la propia Middleton como autodiseñadora de tan importante vestuario, algo que descartan los especialistas.

Las revistas especializadas sí tienen claro que, por el estilo clásico que utiliza la futura heredera en su vida diaria y la actual crisis económica, la pieza nupcial poco tendrá que ver con el traje de inmensa cola y algo merengoso, diseñado por David Emanuel para la boda de Lady Diana Spencer, el 29 de Julio de 1981, con el Príncipe Carlos de Inglaterra.

Estilo canario en la Abadía

Hace 30 años no existía la plataforma de creadores Gran Canaria Moda Cálida para dar la talla en Westminster, pero con motivo de una cita tan importante como la actual, con una audiencia potencial de 2.500 millones de espectadores en todo el mundo, un grupo de profesionales grancanarios, algunos tan populares como el diseñador Fernando Méndez, ha aceptado crear un diseño exclusivo para la joven novia, teniendo en cuenta la manera en que Middleton entiende la moda, de la cual es una fiel seguidora, como ha demostrado estos últimos años mediante su relación profesional con diversas firmas.

Siona García, la más internacional de los creadores canarios, por motivos personales no ha podido participar en este reportaje aunque reconocía el miércoles la pena que le embarga por verse apeada de una oportunidad "divertida", que, sobre todo, engrandece y pone en primera fila mundial por unos días a la industria de la moda.

Y es que si algo queda claro, es que actualmente las bodas de la realeza europea suponen una oportunidad única de vender internacionalmente a las vacas sagradas del diseño patrio.

Sin ir más lejos, el 22 de mayo de 2004 fue el mítico diseñador Manuel Pertegaz quien acaparó parte del interés mediático debido al traje de novia de Letizia Ortiz y, en especial, a las mangas demasiado anchas y largas que lució la actual heredera, y que se debieron a la cantidad de kilos que la Princesa perdió antes de su boda.

Al contrario de aquel enlace celebrado en Madrid, al que la novia llegó con el conocimiento general de quién había sido el diseñador de su vestido, la Casa Real británica ha querido mantener ese secreto, por el momento, permitiendo que la apuesta de cualquier creador, de donde sea, pueda acercarse al diseño final que luzca Middleton el próximo viernes en la Abadía de Westminster.

Una reina joven. Liuva Yanovsky ha querido respetar con su diseño los conceptos de protocolo exigidos en los enlaces reales, "como el hecho de no mostrar demasiada piel o que los escotes no sean pronunciados". Por tradición, dice, "se suelen usar telas más rígidas, pero yo opto por una gasa natural de seda, y brillantes en la tiara y el cinturón". La intención de la creadora canaria "es no disfrazar de señora a una novia tan joven" y deja en manos de la contrayente "que lleve o no lleve velo". En la confección del pecho se decanta por "seda rústica hindú".

La tiara 'Fringe'. Fernando Méndez explica que "dado que la ceremonia no es convencional sino una boda de Estado, el diseño del traje lleva implícito los cánones que marca el protocolo y la teatralidad que conlleva un evento de estas características, de interés internacional. Propongo un traje clásico", dice, "de línea romántica, que proporcione el aire de esplendor y suntuosidad propios de una princesa y que, a su vez, resalte la silueta marcando el talle, con manga pegada y escote en uve que potencie el rostro, al que se dirigirán todas la miradas". Aunque, según Méndez, no suele utilizarse el tul como tejido base "en los trajes nupciales de la realeza, pienso que es el ideal para dar ese punto mágico y vaporoso, sin por ello perder el aire regio. No obstante, este diseño permite poder realizarse en otros tejidos, como la seda". "Dado que el enlace se celebra en plena primavera", prosigue, "he querido aportar unos toques florales realizados en el mismo tejido y de cristal para potenciar el aire romántico propio de una princesa de cuento de hadas. En cuanto a la tiara, sobre recogido bajo, selecciono la Fringe porque considero que es la que más luz aporta al rostro sin restarle protagonismo, y que fue la escogida por la Isabel II en su boda. Los pendientes complementarios a la misma y en un discreto segundo plano, para dejar el protagonismo al anillo de compromiso". Para el calzado recomienda a Manolo Blahnik, y para el ramo nupcial se decanta por la rosa, "la más romántica de las flores, en un bouquet a tono con el color del vestido".

Revisitar el 'trench'. "La idea del vestido", explica Aurelia Gil, "es hacer una nueva versión del trench o gabardina, una prenda muy british y que Kate M. ha lucido en muchas ocasiones en sus apariciones en prensa. El diseño consiste en un vestido halter de escote corazón, drapeado, con falda pareo y con cola en tabla, desde la cintura de seda salvaje en blanco roto, con faldón plisado de tul en seda. Asimismo", prosigue, "lleva tirante bordado en pedrería plata y en cristal blanco de Bohemia". La diseñadora ha ideado "un trench de escote muy abierto y manga corta de mikado, en seda blanco roto, con faldón de corte terminando en una cola mayor que la del vestido y cerrado a la cintura con botón de pasamanería, bordado en pedrería en plata y cristal blanco de Bohemia". La pieza la completa un velo de tul en seda con peinillo y bordes de pedrería en plata y cristal de Bohemia. El velo queda, a su vez, más largo que el trench. De calzado, Gil apuesta por un "botín tobillero con plataforma de pedrería, en plata y cristal de Bohemia blanco". A la izquierda, tres detalles de las piezas que conforman esta creación.

Una novia de cuento. Juan Roga, uno de los grandes creadores españoles, apuesta por un vestido casi de cuento para la novia. Un gran velo, con tiara, marca esta creación donde el diseñador arriesga con un cuerpo sumamente elaborado, de encaje y ceñido a la cintura, para destacar la figura de Middleton. El vestido se completa con una larga falda, bordada.

Trikini Kinegua, al mojo picón. La diseñadora de ropa de baño Nuria González, que ha abierto tienda-taller en el 27 de la calle Cebrián, apuesta por un trikini y una pamela para la luna de miel de Kate Middleton. "El estampado de papa Kinegua, de semilla inglesa, es un homenaje canario a los novios y está en la línea de los estampados con texturas naturales que llevo tiempo utilizando". Con humor, la creadora describe su diseño como "sumamente discreto, para pasar desapercibida en cualquier playa de Fuerteventura".

Una novia cómoda. "El vestido se compone de dos piezas: falda larga de talle alto en tafetán de seda color nude con volantes en seda "plisado soleil" sobre falda larga en seda natural color marfil con larga cola; y camiseta en punto de seda con estampado de manoletinas, estampado insignia de la firma Arcadio Domínguez, con cuello caja y manga corta", explica su creador.

"A modo de velo una larga pieza de encaje francés en color natural le tapa parte del rostro y se anuda al cuello con un gran lazo de encaje. Sobre el velo lleva la tiara con la que se casó Lady Di. Un bouquet de rosas rosadas frescas completa el "look". Los conceptos que ha manejado Domínguez para para crear este diseño son "la juventud de la novia, dibujando una silueta fresca y estilizada, el carácter de estado de la boda prescindiendo de escotes y exagerando los largos de falda y velo". Busca la sencillez sin olvidar la calidad de los materiales, y sobre todo no disfrazar, "algo que me obsesiona cuando se trata de vestir a una novia, y es por eso por lo que le propongo una camiseta con falda, más cercano al look habitual de una joven, para pasar el día ante todo cómoda".