Para lograr una exitosa película de animación hay que manejar cuatro conceptos: un buen guión, una sólida financiación, la atención de los medios y mucha, mucha paciencia.

Así se deduce de las intervenciones que Vuk Jevremovic y Nicolás Alcalá ofrecieron ayer, en la primera jornada del VI Festival Internacional de Cine de Animación, Efectos Especiales y Videojuegos, Animayo, que se celebrará hasta el domingo.

Vuk Jevremovic, que intervenía con el curso titulado Animación artística con pintura, deparó numerosas sorpresas a los asistentes y confesó que "para hacer buena animación hay que tener mucho amor y paciencia". El director alemán reconoció que se inició en el mundo de los cortos de una forma muy casual, ya que se definió como un estudiante de arquitectura que siempre soñaba con dibujar de forma independiente. "Pero en mi vida se cruzó Nedeljko Dragic, un gran animador de dibujos cuyo trabajo me fascinó y me cambió", añadió en un perfecto español. Para el artista, la animación tiene mucho de intuición, algo que "además te permite hacer casi todo lo que puebla tus sueños", continuó. "Controlar los tiempos y los movimientos es la lengua que realmente tienes que dominar", subrayó.

Trabajos

En este curso, Jevremovik dio cuenta de cómo ejecutaba sus trabajos utilizando pintura acrílica, sencillos software y técnicas más artesanales. El autor de Cierra los ojos y no respires explicó que es necesaria una storyboard para trabajar los cortos, ya que ésta es "la cocina de la obra", definió. "En mi caso, yo no puedo trabajar de cabeza. Es muy duro y difícil pues si la cocción dura entre uno y dos años, te puedes perder".

Asimismo, el dibujante confesó que trabajaba con música, "elemento vital para crear la dramaturgia de la historia", y que la poesía tenía los tiempos y espacios perfectos para crear una historia. "El formato tiene que estar bien definido desde un principio", subrayó al respecto, e hizo hincapié en lo importante que es adentrarse en la historia de la pintura contemporánea, pero también de la música y la poesía, de cuyas fuentes él ha bebido para crear sus producciones.

Por su parte, Nicolás Alcalá, que intervenía con la masterclass El cosmonauta. Los nuevos medios de negocio en la industria del cine, señaló que el mensaje que hay que mandar a los jóvenes es que cualquiera puede hacer animación . "Si el proyecto es bueno", señaló, "puedes encontrar, sin tener ya un nombre, financiación, producción, y una atención de los medios".

Para Alcalá la animación atraviesa los cambios más importantes de su historia. "Ha sido lo más difícil", aclaró, "y espero que sea un éxito para cambiar los ojos, que sirva para que la gente pueda darse cuenta que cada uno puede hacer su propia película". Por lo pronto El cosmonauta se estrenará en 2012. "Es un drama con un pequeño toque de ciencia ficción", aclara. "Trata sobre dos amigos enamorados de la misma chica, en un contexto muy espacial, como el de la carrera espacial. El cosmonauta luego vuelve a la Tierra y la encuentra vacía".