Desde hace ya unos años los derechos de autor se han situado en el centro de varias polémicas, y con ellos la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), principal entidad que los gestiona en España. Los dos actos principales de las pasadas fiestas lustrales de La Palma, la Danza de los enanos y el Minué de los aires en re, generaron más de 72.000 euros en derechos de autor, lo que da una idea de la importancia de este concepto a pesar de su carácter intangible.

La cantidad destinada al pago de derechos de autor equivale a un 10% de lo recaudado en taquilla en un evento musical o escénico, una vez satisfechos los impuestos. De ahí las diferencias de recaudación entre las más importantes veladas de música popular y los conciertos de música clásica o las obras de teatro.

A mayor recaudación en taquilla, mayor cantidad destinada a pagar los derechos de autor. En el campo del apartado denominado grandes conciertos y música en vivo, la cita que generó en Canarias una mayor cantidad de derechos de autor en 2010 fue la Danza de los enanos, según partitura de Domingo Santos Rodríguez, con 65.000 euros y 26.951 espectadores, aún pendientes de cobrar al Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, como organizador.

Este evento es excepcional en la lista que encabeza. Todos los demás, a excepción del carnaval tinerfeño, caen dentro de lo que podemos denominar macronconciertos. La actuación tinerfeña de Joaquín Sabina alcanza el segundo lugar del ranking con 44.473 euros, más que la actuación de Alejandro Fernández en Las Palmas, a pesar de que esta última congregó a más espectadores. ¿Por qué? La entradas para la actuación del mexicano eran más baratas.

¿Cómo conoce la SGAE qué canciones se interpretaron en estos conciertos y quienes son sus autores? Pues a través de una red de agentes, los popularmente conocidos como inspectores, que acuden a estos conciertos y hablan, una vez finalizados, con el artista o su manager, que les debe rellenar una plantilla que especifique el repertorio.

El modus operandi de la SGAE en el caso de los conciertos de música clásica es diferente. Para poder organizar una de estas veladas el promotor debe solicitar autorización previa a la SGAE, en la que explicará qué se va a interpretar. Hay que tener en cuenta que muchas de las composiciones del repertorio clásico son ya de dominio público, porque han expirado sus derechos de autor, que no deberán por tanto ser satisfechos.

En el apartado de música clásica, la palma en recaudación de derechos de autor se la vuelve a llevar un evento de las fiestas lustrales, el Minué de los aires en re, compuesto por Luis Cobiella, que generó 7.360 euros en derechos de autor, a satisfacer también por el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma.

Para cada nueva edición de las fiestas palmeras se encarga a un compositor diferente que componga el minué.

En segundo, tercer y cuarto lugar de este ranking, se sitúan diferentes conciertos enmarcados en el Festival de Música de Canarias, y protagonizados por la London Philarmonic Orchestra, la Goteborgs Symphoniker y la Orquesta Nacional Rusa.

Como este tipo de música congrega a menos público y obtiene menores recaudaciones, las cantidades destinadas a derechos de autor son, también, sensiblemente menores que en el caso de la música popular.

En el caso del teatro, un espectáculo muestra números propios de macroconcierto. Y es que Garrick, de Tricicle, consiguió aguantar dos semanas en cartel, entre el teatro Cuyás y el Auditorio de Tenerife. El resultado son 50.464 euros en derechos de autor entre ambos periplos escénicos, una cantidad muy por encima del resto de obras.