Lo que no habían podido conseguir décadas de ostracismo por parte de la industria discográfica lo ha logrado un volcán islandés. La nube de cenizas que tiene en jaque el tráfico aéreo europeo ha acabado callando las bonitas melodías de Donovan Leitch, al menos por un par de semanas. El recital que el trovador británico tenía previsto ofrecer el próximo viernes para abrir el Arrecife de las Músicas queda aplazado hasta el 9 de junio, según anunció ayer la organización de este festival, por culpa del dichoso volcán Grimsvötn, y ya van dos.

Y eso que a Donovan le interesan, y mucho, los volcanes. De hecho, al final de las contestaciones al cuestionario enviado por este periódico, el entrevistado se permitía preguntar: "Una cuestión.... ¿me puedes presentar a los jóvenes que monitorizan los movimientos volcánicos en Gran Canaria? Una vez leí un libro sobre ellos. ¿Los conoces?" En fin, que el viejo bardo aplaza hasta primeros de junio su visita de música y volcanes.

En todo caso, Donovan ya tiene preparado un concierto en el que no va a quedar ningún palo sin tocar. "Tocaré muchas canciones acústicas en la primera mitad y después invitaré al escenario a la super Irish Band. Cantaré todos mis éxitos y también las canciones de culto, a las que habrá que añadir un par de temas nuevos", explicó.

Hablar con Donovan es hablar de una época gloriosa del pop y la canción de autor, los años sesenta, en la que todo parecía posible. La música popular amplió su espectro y de ese caldo de cultivo surgieron artistas como él, capaces de componer en muy diversos estilos. "Me gustan todos mis géneros y no dejo de sorprenderme de cómo manan esos diferentes estilos de la fuente de música que tengo en mi interior", dijo.

La explosión de los Beatles, seguidos de una auténtica manada de grupos de Mersey Beat y luego, de forma más trascendente, de formaciones como los Rolling Stones, los Kinks y los Who, fue denominada la "segunda invasión británica", porque durante tres o cuatro años monopolizaron las listas de éxitos estadounidenses. La mejor baza del contraataque norteamericano fue, sin duda, Bob Dylan, tan distanciado de los grupos británicos que acabó por influirles. Dylan era la cabeza visible de un amplio movimiento folk que luego, con más o menos reservas, acabaría electrificándose. Como respuesta, los británicos montarían su propio folk, con Donovan a la cabeza, al que se puede ver haciendo de alumno aplicado en Don't look back, el célebre documental sobre Dylan.

Hoy el escocés prefiere recordar aquel capítulo más como la historia de una hermandad transatlántica que como una pugna. "No había verdaderamente conflicto entre nosotros. A ambos lados del Atlántico teníamos las mismas raíces, y hoy podemos afirmar que aquella fraternidad de cantantes de folk ha cambiado la música popular, a la que le ha insuflado letras llenas de sentido y un estilo bohemio", aseguró.

A Donovan se le han adjudicado toda clase de paternidades musicales, algunas de auténtica risa. Lo ha querido hacer descubridor del folk, inventor de la psicodelia o adelantado de la world music. Una faceta menos nombrada, pero quizá más trascendente a la larga, fue la influencia que ejerció en la incipiente escena folk londinense, que entonaba sus canciones como himnos. Uno de aquellos jóvenes imberbes acabaría siendo un mito, oscuro y turbio, quizá el mayor que ha dado el pop: Nick Drake.

Leitch, lejos de negar su magisterio sobre el genial Drake, lo afirma en unos versos compuestos de improviso para este periódico. "Nick fue un brillante orbe / que ascendió en la mañana del mundo / Una estrella que se declinaría tan pronto / Él está para siempre aquí con nosotros / porque sólo los viejos mueren jóvenes / Su estrella interior nunca declinará / cuando nos encontrábamos nunca hablábamos / sólo nos veíamos en los ojos del otro / el futuro pasando. / Soy, en muchas formas, su mentor".

Mentor de mitos, alumno folk, psicodélico disparatado, cantautor comprometido o rescatador de tradiciones, a Donovan vale la pena escucharlo. Su visita se retrasa unos días, pero el británico nos visitará, que a la postre es lo importante. Puede estar tranquilo, que ya le estamos buscando vulcanólogos para que departa con ellos aquí. Está visto que lo suyo son los volcanes, para bien o mal.