Con pop-rock y sin campus comenzó el pasado sábado el ahora renombrado Heineken Music Fest que convirtió Infecar en un hervidero de hormonas adolescentes, a ratos un tanto descontroladas. La Vieja Morla, el grupo tinerfeño ganador del concurso para telonear el festival agradeció a los asistentes que llegaran con puntualidad para su actuación y dio paso a la dulzura melódica de Lourdes Hernández, la cantante de Russian Red. Con los músicos de etiqueta y estilo años 50, el pop intimista y ensoñador del grupo madrileño arrancó suspiros y halagos de sus seguidores incondicionales, pero la delicadeza y la elegancia de sus canciones tuvo que lidiar con la incomprensión de un amplio sector del público que acudió a un festival pensado para la música de masas.

Y el público esperaba a Dani Martín, casi con ansias. A pesar de subirse al escenario en tercer lugar, el excantante de El Canto de Loco, que se sabía cabeza de cartel, hizo una entrada triunfal acompañado por la banda sonora de E.T. y se permitió incluso el lujo de insinuar que el público no reclamaba la llegada de los DJ. Miles de quinceañeros coreaban los compases de Mira la Vida o Lamento, mientras un Dani Martín al que ya se le nota en el rostro el agotamiento de la gira, se sigue esforzando en mantener ese aire del Peter Pan al que canta. Pícaro, a medio camino entre el pop-rock canalla y el ídolo adolescente, Martín sabe hacerse desear y, a falta de un repertorio más amplio, alternó los temas de su primer disco en solitario con algunos de los grandes éxitos de El Canto del Loco -hasta siete temas sonaron durante su actuación-, para cerrar con su single estrella, 16 añitos, imán para el público que le persigue concierto tras concierto.

A la 1 de la madrugada entró en escena el previsible y bailable sonido latino de Juan Magán, que transformó Infecar en una gigantesca discoteca al aire libre, donde bailarines e iluminación se complementaban para enardecer a un público que se movía al son de los remixes de Bailando por ahí, Chica Latina o Lady. En el mismo tono se incorporó a la noche Todd Terry, con el recinto ya casi vacío, pero las ganas intactas de continuar la fiesta de los que esperaban la llegada del conocido DJ internacional.