Carmen Agredano es una apasionada del flamenco. Su padre la dormía cantando nanas flamencas, de modo que creció al amparo de la música identitaria del folclore gitano y andaluz por antonomasia. "Tenía un buen pálpito cuando escribí La Nana de la Hierbabuena, y sentí que podía llegar a ser reconocida", dice una entusiasmada Agredano. La autora asegura: "Me sentí muy atraída por la novela en la que se basa la película, porque", tal y como ocurre con los personajes del filme, "tuve familiares que pasaron por algo parecido".

La canción compuesta por esta cordobesa, afincada en el emblemático barrio capitalino de Vegueta desde 1984, "comenzó con un Vito, una canción popular cordobesa frecuente en la Guerra Civil española". Sin embargo, Zambrano le pidió que la transformara en una nana, que ha terminado "con su punto de soleá".

En el filme, Hortensia es una joven cordobesa embarazada, condenada a muerte por motivos políticos en la inmediata posguerra. En la cárcel recibe la visita de su hermana Pepita, a quien Hortensia lega una nana que ha compuesto para su hija, para que crezca a sabiendas de que su muerte tuvo significado. "El director se empeñó en que fuera al rodaje, en una cárcel ambientada en el franquismo, y me emocioné viendo la escena en la que Inma Cuesta -en el papel de Hortensia- canta la nana mientras da el pecho a su bebé recién nacido, la víspera de su ejecución".

La canción de Agredano nació durante la gira Celosías, en la que cantaba flamenco con un guitarrista cubano en varios teatros de la Isla. Surgió "dándole muchas vueltas" a lo largo de la madrugada. La pieza es interpretada en cuatro ocasiones en la película. Una de las versiones es con arreglos orquestales del músico Juan Antonio Leyva, quien ya colaboró con Zambrano en la aclamada banda sonora de Habana Blues.

Y del mismo modo que la madre sueña con que su hija reciba esperanza con su nana, esta cordobesa apadrinada por la ciudad de Las Palmas empezó con una estrofa que dice: "Mi niña morenita no te asustes con mi pena, que las lágrimas que corren riegan a la hierbabuena". Carmen Agredano pensó, al componerla, que las lágrimas de Hortensia sembrarían en su hija la semilla de la valentía .

Al oír La Nana de la Hierbabuena , "los actores me decían que se relajaban, que se la ponían en el I Pod para calmar el estrés escuchando mi voz, además de que a la actriz María León le encanta el flamenco".

Durante la gira de Celosías, en el verano de 2010, Agredano pudo dar rienda suelta a su duende flamenco en territorio cubano, "adaptando escritos de poetisas cubanas al cante flamenco", en la que además actúo frente a "bastante público, y muy agradecido. En Cuba se aprecia mucho".

Asegura Agredano que "es complicado encontrar músicos predispuestos a tocar flamenco, por su dificultad, y que es algo que se come desde pequeño, o no se tiene la fuerza propia del cante". Su padre la dormía cantando nanas flamencas, de modo que ella creció al amparo de la identidad folclórica gitana por antonomasia.

Actualmente, Agredano vive "feliz" en el barrio capitalino de Vegueta y está jubilada de su labor como profesora de instituto. "Buceando se me perforaron los oídos; es curioso porque es el oído lo que siempre me permitió cantar", afirma en la terraza del hotel Madrid. Tras la operación quirúrgica volvió a oír y cantar.

Una vez abiertas las puertas del mundo que lleva a la interpretación musical -fue invitada en antena a Radio 3 para interpretar La Nana de la Hierbabuena-, la posible ganadora del Goya a la Mejor Canción Principal de Largometraje tiene intención de "despegar en este mundo, cantando en locales y avanzando poco a poco". De hecho, Carmen Agredano ya ha compartido escenario, con cierto éxito, con el guitarrista cubano Reinier Mariño por varios restaurantes del Sur grancanario. Además, ha establecido contacto con varios guitarristas para poner música a varios poemas que atesora, y "poder llegar a vivir así tanto viajando, como aquí, en las Islas Canarias".