El artista palmero Tomaso Hernández (Los Llanos de Aridane, 1967) traza una metáfora plástica sobre la crisis en todas sus variantes en la exposición Todo lo que sabe sobre nada, que la Galería Saro León, en Villavicencio 16, acoge hasta el 16 de abril. Una instalación en la que Hernández abunda en un discurso acerca de la obligatoriedad de reflexionar sobre el mundo y el individuo, el empezar de nuevo desde un presente incierto para cimentar un futuro todavía sin horizonte.

"He querido hacer una metáfora de este momento de crisis que estamos viviendo utilizando las técnicas actuales mezcladas con las tradicionales, como son la fotografía, el óleo, el carboncillo", explicó ayer Hernández ante sus obras en la galería capitalina. "Un artista debe estar situado en su tiempo, utilizar las técnicas de su tiempo y no perder de vista en ningún momento lo que sucede, y tratar de reflejarlo en su obra. Esto es fundamental", sentenció.

Hernández, que es profesor en la Escuela de Arte y Superior de Diseño, se considera un "artista de lo mínimo", que usa los elementos justos para que su mensaje llegue lo más claro posible y sin interferencias al público. "Lo importante es que la obra llegue al espectador, que despierte algunas emociones y se vaya con algo de estas piezas". La obra que cuelga en la Galería Saro León incide en un discurso que se pudo apreciar en su anterior exposición en la capital grancanaria, en la Sala San Antonio Abad en octubre de 2010 con el título de Tengo el control con la duda. "Es una continuación a nivel conceptual de la exposición que hice en San Antonio Abad, en la que hablaba de la necesidad de una ruptura ante una realidad bien compuesta y donde había que empezar de nuevo", explicó el artista. La urgencia en adaptarse a los tiempos le sirve ahora como fundamento para recluir en grandes vasos, "castillos de cristal" según sus palabras, a unos peces que simbolizan al ser humano, con sus miedos y presiones.

Dice Tomaso Hernández que "el concepto de la ruptura está ahí, pero nada se rompe". Sin pesimismos, asegura el artista que "hay razones para que el ser humano comience a replantearse cosas ligadas a su existencia, la época es dura, pero inspira, es interesante vivir en este momento en el que tenemos que recomponernos".

Pintura, fotografía y vídeo convergen en esta instalación donde todo se mueve al compás del agua que se desborda del vaso. Un recipiente espejo de la crisis, que brota medio lleno o medio vacío, según se mire.