Vetusta Morla ofreció anoche su mejor sonido ante una audiencia de unas 2.000 personas en la zona skate, junto a la Plaza de la Música. El grupo interpretó casi todas las canciones de su segundo disco, Mapas, alternadas con los más destacado de su debut, Un día en el mundo, en un concierto donde la banda de Tres Cantos pudo demostrar estar en un óptimo momento de su carrera con un repertorio que seguro volverá a repetir esta noche en Santa Cruz de Tenerife.

El grupo, que salió al escenario a eso de las 23.00 horas, ofreció un repertorio intenso formado por unas serie de canciones muy elaboradas instrumentalmente en donde el juego de las guitarras recreaban ambientes que navegaban sucesivamente entre el brit-pop y el post-rock, con paradas por diferentes ramas del indie y el minimalismo. Sobre el ambiente flotaba el amargo recuerdo de la pasada edición de Eólica, donde la banda, a pesar de la tormenta de viento y arena en la que se vieron atrapados tanto el público como los artistas, pudo mantener el tipo dignamente. Por eso, uno de sus objetivos era recompensar a sus fans en esta nueva ocasión.

"Estamos encantado con el recinto", afirmaban todos los miembros de la banda, "el paisaje es espectacular y es de los mejores sitios en los que hemos tocado", añadieron. Y si el concierto de Eólica estaba relacionado con algo nefasto, aquí fue todo perfecto, con una infraestructura de 40 mil vatios de sonido y 100 mil de luz. Títulos como En el río, Los día raros, Baldosas amarillas, Autocrítica o Valiente y, por su puesto, Copenhague fueron recibidos de forma elogiosa por su audiencia.

Previamente actuaron como teloneros los tinerfeños de Grenouille, banda ganadora de la primera edición del concurso Capital Sonora, que estuvo cuarenta y cinco minutos sobre el escenario. El grupo salió a las 22.00 horas y ofreció un repertorio intensamente mestizo.