Los recortes que impone la crisis económica en las orquestas pueden llevar a España a la paradoja de contar con los mejores auditorios y teatros de su historia y, sin embargo, no tener quien toque en ellos, ha advertido hoy el director valenciano Enrique García Asensio.

Al repasar en una entrevista con Efe sus 50 años de carrera, García Asensio, que se hizo popular durante sus años al frente de la Orquesta Sinfónica de RTVE, ha subrayado que en el último medio siglo "se ha hecho muchísimo" por la música, pero también que "el daño que se puede hacer" por la crisis "es tremendo".

Partidario de que en esta crisis "no sea la cultura la que pague el pato la primera" y "no sea siempre la niña fea", considera que se deben buscar fórmulas para mantener las orquestas españolas, que, "hoy en día, tienen un nivel muchísimo más alto" que al comienzo de su carrera, pero un futuro incierto.

Prueba de ello, relata, es que, "por ejemplo, he tenido que hacer vídeos en defensa de la orquesta de las Islas Baleares, porque iba a desaparecer", o que "he estado dirigiendo en febrero la Orquesta de Extremadura, que estuvo a punto de desaparecer también, y he ido por los gastos, para ayudarles".

El director lamenta especialmente que esas situaciones "dramáticas" se produzcan cuando está superada la carencia de recintos adecuados para la música que vivió en otros momentos en que recorría España con la sinfónica de RTVE.

Épocas en que la orquesta viajaba por muchas ciudades en las que, "al llegar allí, resulta que teníamos que quitar violas y violines del escenario, porque no cabían, aunque la música se resentía muchísimo", rememora.

Añade que "eso ya, afortunadamente, se solucionó, y hay muchísimas nuevas infraestructuras y estupendas", pero "ahora estamos en un momento de crisis y resulta que tenemos las infraestructuras, el continente, que está ahí, pero el contenido es el que peligra, y eso es lo que hay que tratar de que no ocurra".

La solución podría ser, a su entender, que se mejoraran los beneficios fiscales para quienes patrocinen con su dinero a las orquestas, una medida que cree "fundamental" y que debe acometerse ya, porque "es una cosa de la que se lleva hablando muchísimo tiempo" sin aplicarse y resulta aún más necesaria en el contexto de la crisis.

Puesto que, "hoy en día, si no tienes beneficios fiscales no puedes hacer el sacrificio y el esfuerzo de hacer esas donaciones", y en España se descuenta solo un tanto por ciento pequeño de ellas a la hora de pagar los impuestos, con lo cual "no es una cosa muy atractiva", argumenta.

Y, frente a esa situación que critica, el maestro sugiere imitar la política de Estados Unidos, donde su experiencia de dirigir como batuta invitada en distintas ocasiones le ha permitido constatar que allí "están las mejores orquestas del mundo", pese a que "el Gobierno no da ni un dólar a ninguna", ya que "las mantienen particulares y empresas que dan dinero porque se lo descuentan de los impuestos".

Enrique García Asensio ha hecho estas declaraciones en Las Palmas de Gran Canaria, ciudad en la que inició su trayectoria de director titular de orquesta en 1962, con motivo de un concierto benéfico que protagonizará mañana y en el que revivirá una experiencia de aquellos años: dirigir la Cuarta Sinfonía de Tchaikowsky.

Su inclusión en el programa del concierto obedece a que fue la última obra que dirigió en junio de 1964 al despedirse de la entonces Orquesta de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria, que sostenía una entidad privada y que ha sustituido en el panorama musical isleño la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, del Cabildo insular.

García Asensio subraya que la actual orquesta de Gran Canaria "no tiene nada que ver" con la de entonces, porque "es otra cosa, es una de las mejores que hay hoy en día en España".

No obstante, también matiza que en 1962 "era un milagro que en Las Palmas mantuviera una orquesta la Sociedad Filarmónica" y que fue "una machada" atreverse a interpretar aquella sinfonía, algo que "fue como un parto" para "una orquesta que estaba desequilibrada, pequeñita".