La excitación generalizada en los días previos al concierto de Springsteen y la E Street Band en la capital grancanaria no se tradujo en una avalancha de público desde que se abrieron las puertas. Las tres generosas horas de espera en el recinto se aprovecharon para buscar la mejor ubicación posible, inmortalizar un día histórico para la mayoría del publico, y quien quiso, hacerse con algún recuerdo del paso del Boss por la Isla. Camisetas a 35 euros, con la trasera luciendo el nombre de la ciudad, y sudaderas a 90 euros.

Al contrario de lo que cabía esperar, dos horas antes del concierto el Estadio de Gran Canaria estaba lejos de registrar un aforo por encima de las 30.000 personas, tal como preveía la organización. El público, en la zona césped y en gradas, fue a más conforme fue cayendo la tarde.