Apasionado del estilo modernista y de la tarea de construcción simbolista del entorno turístico, tanto urbano y costero como rural, que en Néstor Fernández de la Torre manifestó su célebre tipismo, Antonio Daniel Montesdeoca dirige el Museo Néstor desde 2004 y desde el año 1999 se ha postulado como uno de los adalides de la promoción de la cultura oriental en España. Ese año hizo la primera exposición de grabados japoneses, piezas sobre las que se erige como uno de los mayores coleccionistas en Europa. Asegura tener poco tiempo, no en vano inaugura el 10 de agosto la muestra Entre samuráis y geishas en el San Martín Centro de Cultura Contemporánea, que mostrará la única armadura japonesa que existe en el Archipiélago desde el siglo XIX.

- ¿En qué proyectos trabaja actualmente?

- Trabajo en una exposición sobre la herencia cultural japonesa en Canarias, y elaborando un informe sobre el Parque Doramas para el Ministerio de Medio Ambiente, un dosier sobre su historia y sus riquezas naturales por medio de la Concejalía de Parques y Jardines, porque el parque se va a introducir en una red nacional de zonas verdes municipales. Aquí ha trabajado gente como Rubió i Tudurí, por eso se llaman los jardines Rubió; tampoco se sabe que aquí anidan abubillas, que el hotel Santa Catalina ha tenido una actividad cultural muy rica desde 1886; que tenemos el único espécimen de ficus de hoja blanca en España o que el antiguo club de Altavista, construido en los 60, es uno de los mejores edificios de la arquitectura moderna de la ciudad.

- ¿Cuál es el balance del museo hasta el momento?

- La idea es que la obra de Néstor salga de nuestras fronteras, si lo mantenemos dentro de este museo lo estamos convirtiendo en un panteón, estamos matando a Néstor. He contactado con la editorial española Turner, con importancia en Méjico y presencia en Gran Bretaña y EE UU y ya tenemos una maqueta y los presupuestos para publicar sobre él. Además, hemos dado cinco conciertos, conferencias y una fiesta en su memoria el pasado San Juan con el tipismo como base. Intentaremos que se culmine con una exposición en Madrid y Barcelona, quizás el año próximo.

- ¿Cuál es el papel de Néstor en el imaginario canario?

- Desgraciadamente, cerca de un 90 % de los canarios desconoce a Néstor, hasta los taxistas desconocen dónde están el museo y el Pueblo Canario, he ido personalmente a los hoteles del Sur a dejar información. Mucha gente no sabe que la catedral tiene desde 1673 la lámpara de plata más grande de Europa. Desconocemos nuestro patrimonio, es un problema que empieza en las bases, en el colegio y la familia no se incentiva, y no sólo pasa aquí. También, mucha cree que es elitista, pero ni el museo ni el teatro deben serlo, y deben abrir el abanico guardando la calidad.

- ¿Qué procesos de modernización se plantea la institución?

- Tenemos digitalizado todo el archivo fotográfico, que es muy importante, no olvidemos que somos receptores de investigadores. De todos modos necesitamos más ayuda, porque económicamente siempre hemos estado muy justos. Ni la política que se ha hecho en esta ciudad, desde que se inauguró el edificio en 1956, ni la sociedad canaria, han creído en este museo. Néstor no interesó nunca y el canario siempre ha sido muy mezquino con los propios, que como alguien despunte van a por él. Cuando este pueblo aprenda a dignificar su trabajo de recuperación etnográfica y cultural, hablaremos de un pueblo culto, y no mezquino como es ahora.

- ¿Corre peligro la pinacoteca?

- Somos tres personas las que sacamos esto adelante. Peligra el museo, porque no nos hacen visibles, y no por falta de dinamicidad. He ido comprando joyas, lo que quedaba de su biblioteca y prototipos de muebles que diseñaron tanto Néstor como Miguel Martín Fernández de la Torre para el Parador de Tejeda, y que han desaparecido. Además, voy a abrir una pequeña sala, la del tipismo, con esas piezas que he comprado, y he dejado mi propia colección en la sala uno del museo, porque todos los pintores de esa sala y los personajes de los cuadros son o fueron amigos de Néstor. Aun así el museo se nos llena siempre que organizamos eventos, porque atrae y la gente se identifica con él.