Más de diez horas de música electrónica dan para mucho movimiento: idas y venidas de público en una dinámica festiva que les lleva de encontrar su sitio frente al escenario a dar cuenta del género que se despacha en las barras habilitadas entre el continuo movimiento de los cuerpos al ritmo que brota desde el escenario. Saludos, desmanes y flirteos se cuelan entre la masa humana. De esto y mucho más hubo ayer en el Estadio Municipal de Maspalomas con la puesta de largo del Gran Canaria Summer Festival.

La primera edición de este festín electrónico, la plaza del gran baile colectivo del verano en el sur grancanario, réplica del Arona Summer Festival que la próxima semana sacude la isla de Tenerife, tenía sobre el papel todos los atributos para convertirse en una fiesta mayúscula hasta bien entrada la madrugada.

Artistas de primera, esto es, deejays y productores de la escena house internacional cuyos honorarios de cinco cifras resultan insultantes para el común de los espectadores, caso del number one francés David Guetta, con un caché que ronda entre los 30.000 y 50.000 euros por hora y con sesiones por contrato de no menos de 180 minutos; y el holandés Afrojack, alias de Nick van de Walle, a quien le tocaba encauzar el baile pasadas las 2.30 horas de la madrugada, según la pauta horaria. O las gemelas australianas Miriam y Olivia Nervo, primera parada internacional del Summer grancanario tras el trasiego de DJ nacionales y locales.

Con una infraestructura de 100.000 vatios de sonido y otros 300.000 de iluminación, láseres y efectos visuales, y pantallas de vídeo para que nadie perdiera detalle de lo que ocurría en cabina, el Estadio Municipal de Maspalomas abrió sus puertas sobre las 17.00 horas, si bien la música no brotó con fuerza hasta una hora después, cuando comenzaron a desfilar los DJ locales con sets de entre 15 y 20 minutos. Por el escenario pasaron sin pausa Quique GC (La Sal), Scooby (Pacha Terrace), DJ Nordin (Pachá Club), Iván (Heineken Green Room) y Vira DJ (Kube Club). Frente a ellos poco público. La gran mayoría del público prefirió reservarse para los platos fuertes de la jornada.

Tras este aperitivo previo a la caída del sol, el festival dio entrada al ganador del concurso del Summer Festival, Javi Rivas. El cántabro afincado en la Isla tuvo menos de media hora para mostrar su pulso y calentar la pista hasta que el canario Ray Castellano le tomó el relevo.

A partir de aquí, el festival entró en otra secuencia rítmica, sin perder el norte del house comercial al que se debe, con la presencia en el escenario de Troublemakers, el proyecto que comparten JP Candela, DJ Nano y Fonsi Nieto. Con ellos, el gentío fue a más, al igual que la potencia del sonido. Los tres escoraron el baile hacia un tecno contagioso en un ejercicio de mash up que pasaba por clásicos de Blur, Nirvana, Pink Floyd o Red Hot Chili Peppers, que elevaron la temperatura de la pista de baile. El show de Troublemakers se prolongó durante casi dos horas. Enfrente, se contaban unos 5.000 espectadores. Fue a partir de las 22.00 horas, ya con las gemelas australianas Nervo dispuestas a hacer buena la marca que les trajo a la Isla, cuando el público se hizo notar en el recinto deportivo. A esta hora, el registro de entrada quedaba lejos de los 10.000 espectadores que preveía la organización.

La pirotecnia lumínica y efectos visuales crecieron igualmente con la presencia de las australianas. Al grito de Get Dance! las Nervo entraron en directo con toda su artillería house provocando el delirio de una masa humana ansiosa por bailar hasta la extenuación. Público joven, veinteañeros en su gran mayoría, menores acompañados de adultos y mucho turista.

Conforme el reloj avanzaba hacia la medianoche, cuando Nervo debían dar paso a la gran estrella, el francés David Guetta, se palpaba en el ambiente una tremenda excitación por tener enfrente al mago de las mezclas. Guetta llegó a la Isla en su jet privado procedente de Ibiza, tras su fiesta habitual de los jueves. El autor de Turn Me On y The World is Mine tenía previsto salir a escena sobre la medianoche con dos horas por delante en las que previsiblemente haría sonar todos los hits que le han convertido en uno de los mejores DJ del mundo. Y como hoy sábado tenía que pinchar en Málaga, la organización optó por el holandés Afrojack para un cierre que, visto el ambiente horas antes, tenía todo a su favor para que la madrugada fuera infinita.