Simon West es un director de desigual trayectoria pero que ha sabido crear productos taquilleros de buena factura, convincentes resultados y, en ocasiones, momentos brillantes, como Con Air (Convictos del aire) y Lara Croft: Tomb Raider. Con Los mercenarios 2, secuela de la película escrita, producida y dirigida por Sylvester Stallone en 2010, West se pone en la piel (estirada hasta el infinito y más allá, claro) de Sly y firma un divertimento menor, pero logrado, que retoma viejas glorias del cine de acción jugando con los clichés del género hasta un grado casi imposible, que bordea la más absoluta temeridad.

Los mercenarios 2 es una película tan trepidante como previsible, tan ruidosa como inverosímil, que no aporta nada nuevo al género, salvo un repaso a sus grandes éxitos. A lo largo del metraje se mencionan de una manera u otra las siguientes películas: Rambo, Terminator, Duro de matar, Delta Force, Walker Texas Ranger, Snatch, cerdos y diamantes, Transporter, Pulp Fiction, El gran halcón, Romeo debe morir, Kickboxer, Soldado Universal y Red Scorpion, con las que Los mercenarios 2 comparte violencia espectacular, músculos hipertrofiados y acción desenfrenada con resultados decididamente extraños.

Su planteamiento argumental no puede ser más simple: Barney Ross y su equipo se vuelven a unir para encargarse de un trabajo aparentemente sencillo. Sin embargo, las cosas se tuercen y uno de sus miembros es brutalmente asesinado, lo que impulsa al resto a buscar venganza. El equipo, empeñado en desquitarse, va dejando un rastro de destrucción a su paso, sembrando el caos, para acabar encontrando una amenaza inesperada: cinco toneladas de plutonio apto para uso militar, una cantidad más que suficiente para cambiar el destino del mundo.

La virtud de Los mercenarios 2 es que consigue lo único que quiere lograr: entretener. Sin más elementos que un plantel de estrellas (Sylvester Stallone, Arnold Schwarzeneger, Bruce Willis, Chuck Norris, Jean Claude Van Damme, Dolph Lundgren) pasadas de años y cirugía.

Un verdadero dream team de la pantalla grande que difícilmente se repita, a no ser en un remake de La parada de los monstruos. Ahora que lo pienso, Los mercenarios 2 tiene algo de pesadilla. Según algunos cálculos, todos juntos suman nada menos que 400 años. Pero ni con el carbono 14 se sabría la edad que tienen por separado. Tremendo.