Músicos, compañías de teatro, artistas plásticos y visuales. A todos afecta por igual el desmantelamiento del programa Canarias Crea para la movilidad cultural. Los grupos de música de las Islas Canarias asisten perplejos a la quiebra de un modelo que los había puesto en el mapa nacional e internacional.

"Habrá que buscar todo tipo de artimañas para llegar a la Península, porque, como estamos en la periferia, no nos queda otra", explica Mladen Kurajica, cantante y guitarrista de la banda tiner-feña GAF y la Estrella de la Muerte. Con Canarias Crea, el grupo ha podido realizar unos 15 conciertos en la Península tras la edición de los tres últimos discos publicados. "Volvemos a ser in-dependientes. Nos vemos obli- gados a ser lo más independientes por decreto, y para nosotros Canarias Crea ha sido brutal pa-ra que la banda haya llegado a donde está hoy".

Jair Ramírez es el líder de Pumuky, formación de notable proyección nacional. En su opi- nión, el recorte "es un palo fuerte y un retroceso en muchos as- pectos, y quizás lo más proble-mático es que en los próximos meses las bandas canarias tendremos que organizar nuestra estrategia". Dice Ramírez que "Canarias Crea nos ha puesto un poco más fácil ir hasta la Península, aunque nunca hemos estado en igualdad". Con unos 30 conciertos bajo el paraguas de este programa, el músico tinerfeño deja claro: "No pienso dejar de grabar ni de girar con la banda".

Otros proyectos como The Birkins encontraron en Canarias Crea la percha para fichar por un sello como El Genio Equivocado y editar su primer disco. Alby Ramírez, guitarrista del grupo grancanario, recuerda: "De no haber existido estas ayudas tal vez no habríamos podido fichar por una discográfica nacional, y es un mecanismo que nos ha permitido ponernos en igualdad de condiciones que otras bandas del sello".

Se pregunta Ramírez "¿qué quiere hacer este Gobierno con Canarias? Porque ya bastante duro es sobrevivir en este mundo para que ahora nos toque esto".

El discurso de Alby Ramírez es compartido por otro músico grancanario, Eduardo Briganti, de Miniatura. En vísperas de una gira por la Península en noviembre, "ahora autofinanciada", asegura: "Todo recorte es un error y se ha ido desmembrando un proyecto que a nosotros nos permitió entrar en Madrid o Barcelona". "Además, la cultura es un derecho que no puede quitar el político de turno a su antojo".

Al teatro canario no le va mucho mejor en este contexto. Rafa Rodríguez, director de 2RC Teatro, lamenta este "paso atrás" en el fomento de la creación canaria. "Se ha roto un puente y decir que nos reinventemos es un insulto, y lo que nos queda es hacer espec- táculos de bolsillo". En su caso, sin ayudas, mover sólo la escenografía de la obra Abre el ojo, que estuvo este año en los festivales de Almagro y Olmedo, "nos cuesta 6.000 euros, y está claro que habrá que replantearse muchas cosas, difícilmente podemos repetir lo que hemos hecho estos años".

Para el artista visual Gregorio Viera, "esto es la defunción de la cultura, nos quedamos encerrados, es una bofetada a la profesión. En su opinión, ahora nadie pagará el traslado de las obras, salvo el artista, y se "echa por tierra el trabajo de años para que gente de Bélgica, Suecia, Madrid o Barcelona sepan lo que hacemos aquí", agrega el creador.