La capilla del antiguo hospital San Martín, hoy reconvertido en Centro de Cultura Contemporánea, ha abierto sus puertas al público tras completarse las obras de rehabilitación que comenzaron el pasado 16 de julio. Esta pequeña iglesia del siglo XVIII, y de 135 metros cuadrados de superficie, estará destinada a partir de ahora a conciertos de pequeño formato, así como espectáculos teatrales, presentación de publicaciones y veladas literarias.

Con un presupuesto de 40.000 euros, las obras han sido ejecutadas por la empresa adjudicataria del proyecto Aloe, especializada en rehabilitación de edificios. La restauradora del Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, María Cárdenes, que ha participado fiscalizando el proceso como representante de la corporación insular, recuerda que el edifico tiene un componente humano importante para los grancanarios "ya que fue cárcel durante la guerra civil, hospital, casa cuna y tanatorio". Cárdenes señala que una parte importante del trabajo se ha centrado en arreglar la cubierta ya que hubo filtraciones de agua por la lluvia que, en la parte abovedada donde están los casetones dorados, había deteriorado el pan de oro que lo cubría.

"Los casetones de la bóveda y parte del techo estaban realizados con un oro dorado, metálico, de no muy buena calidad", señala la restauradora. "Y las filtraciones de agua provocaron que ese oro metálico se oscureciera de tal forma que rompía la unidad de la bóveda". Por este motivo, a través de una maquinaria de brazos hidráulicos, pudieron arreglar cada uno de esos casetones. "Se intervino para quitar el ennegrecimiento del dorado, con lo cual volvimos a reconstruir el techo tal como fue concebido, ya que se ha intervenido en los paramentos, de tal modo que se ha quitado el enfoscado y se ha tenido que volver a enfoscar".

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Cárdenes también destaca el trabajo sobre el sistema eléctrico. "Estaba obsoleto y situado cerca de los retablos, por lo que podía prender con un cortocircuito". Para ejecutar estas obras, los trabajadores tuvieron que proteger el retablo y varias esculturas entre las que se encontraban El Sagrado Corazón, La Milagrosa y La Virgen de Los Dolores, de finales del XVIII, que ya han sido trasladadas finalmente al Obispado. "Fueron cubiertos por un papel especial que utilizamos en la conservación ya que la protección ha sido crucial", señala la restauradora.

Las ocho vidrieras que posee la Capilla, cuatro grandes y cuatro medianas, ya fueron restauradas durante la ejecución del proyecto de rehabilitación del antiguo hospital, que fue finalmente inaugurado en 2011 para convertirse en espacio cultural. Estas vidrieras son obra de los hermanos Maumejean, de origen francés, autores también de las piezas de vidrio de la iglesia de San Juan Bautista de Arucas. "Durante la rehabilitación de la capilla", aclara Cárdenes, "los técnicos de la empresa adjudicataria protegieron estos elementos decorativos, de valor artístico y patrimonial".

La restauradora recuerda cómo los enfermos del hospital accedían a la misa desde la parte alta. "Esos enfermos", recuerda, "eran cuidados por unas monjas que vivían en otra zona colindante por el otro lado de la capilla y que también escuchaban la misa desde el retablo mayor". De este modo, el centro de esta capilla era un lugar especial al que acudía mucha gente a la vez. "Era como un encuentro músico religioso, que es lo que quieren continuar ahora", señala. Con toda la zona del edificio rehabilitada, la superficie del San Martín abarca un total de 1.273,34 metros cuadrados.