El guitarrista sevillano Raimundo Amador ha encontrado en su pasado musical, en su etapa con Pata Negra, banda que lideró con Rafael Amador, la percha artística con la que mantener su agenda de conciertos. Por estilo, formato y circunstancias económicas. "Vengo con un formato habitual también por la crisis, y creo que esto puede ser lo más parecido a lo que hacíamos con Pata Negra", manifestó ayer tarde Amador en la capital grancanaria horas antes de ofrecer el primero de los dos conciertos programados en The Paper Club, donde hoy repite a partir de las 22.00 horas. Conciertos a guitarra eléctrica y flamenca, contrabajo y cajón, para los que el autor de Bolleré, ha reunido a los músicos Lin Cortés, David De Elías y Diego Cano.

Contra lo previsible, el repertorio de su último disco, Medio hombre, medio guitarra, publicado en 2010, es anecdótico en lo que tenía preparado para su reencuentro con el público grancanario. El show de anoche y del hoy están reservados a las canciones de cabecera que comenzó a grabar desde que publicara Gerundina (1995), y clásicos de los temas que hicieron de Pata Negra una banda de leyenda. Así, y a petición particular, aceptó ayer incluir El blues de los niños, junto a piezas que según dijo, está obligado a tocar siempre ante sus seguidores como el mentado Bolleré, pieza histórica que grabó con BB King, o Ay que gustito pa mis orejas, donde dejó patente su pasión por el reggae junto a sus estilos de cabecera como son el blues y el rock.

"La magia con Lin Cortés es buena, él no quiere ser Rafael, y canta muy bien cuando hacemos temas de la época, tiene una voz de válvulas", bromeó sobre el timbre de uno de los músicos que le secundan.

Y la crisis también le ha hecho recuperar la afición por los locales de pequeño y mediano aforo. "Lo bueno que tiene la crisis es que no me acordaba de tocar en sitios chicos, me lo estoy pasando muy bien, y si tuviera que pasar el platillo, lo volvería a hacer". Lejos de teatros y estadios, Raimundo Amador prefiere las distancias cortas. Según explica, "si el público no está resfriado del oído, se toca mejor que en ningún sitio, pero si la gente cree que es un hilo musical, te corta el rollo, pero hay que arriesgarse".

La sombra de Pata Negra planea igualmente sobre el nuevo disco que cocina en su casa con la ayuda de su hijo. "Quizás con este próximo disco volvemos a las raíces, a lo mejor igual sí, porque aunque hay guitarras eléctricas, los temas más cañeros van con la flamenca, suena oscuro, como muy antiguo".

Ayer adelantó "siempre empiezo un disco solo y ahora estoy con un nuevo que prácticamente lo estoy haciendo con mi hijo en la casa, cosas muy desenfadadas que no pretende nada", y que será "un disco de instrumentales, versiones antiguas que las hacemos más modernitas y las modernas las convertimos en antiguas". Entre ellas, lecturas muy suyas de Jimi Hendrix, su gran influencia, o Come Together, de The Beatles, "que la hice antes de que saliera el anuncio de los teléfonos". El título y el repertorio está por definir. "El disco se iba a llamar Rarezas, pero ya no, tampoco es un disco superproducido, y a lo mejor le pongo algo como Mama, déjame que estudie un poco, no sé. Y no es por la crisis sino porque en el otro disco ya me lo gasté todo. Me mola mucho hacer este disco, iba a ser instrumental, pero vino un primo con la guitarra y al final le grabamos la voz", apuntó Amador. "Lo que vale es el momento, la inspiración".

Su último álbum de estudio le tiene exultante. "Estoy muy contento, aunque ahora la gente compra menos", lamentó. Como siempre, para Medio hombre.... reunió a músicos como Santiago Auserón, Zatu (SFDK), Matt Bianco, El Pele o el malogrado Antonio Vega. Aquí también hay versiones, y no por moda sino porque como nunca me las aprendo y siempre he versionado cosas y las he llevado a mi terreno. Aquí y con Auserón, le dio la vuelta a Casitas Blancas, de Animals, "y la gente no se entera".

El sevillano, contento por estar en la capital grancanaria como primera figura nacional que pisa el escenario de The Paper Club, tuvo ayer palabras para Kiko Veneno a propósito del Premio Nacional de Músicas Actuales que recibió quien fuera su compadre en Veneno. "Me alegro por el premio, y si fue por el disco del 77, yo estaba ahí. Y no es que no hayamos hablado, sino que estamos distraídos, cada uno en su terreno, pero bien. Kiko es un gran artista, hicimos cosas grandes por las que nadie apostaba, y me llevé las mayores de mi padre, de los amigos que le gustaban Lou Reed y Jimi Hendrix". Bromea Amador con el hecho de que "ahora dicen que el primero de Veneno es uno de los mejores discos de la historia cuando no sabíamos lo que hacíamos". D. F. H.