Algunos vecinos de Las Palmas de Gran Canaria pudieron participar ayer, de una forma fortuita pero totalmente gratificante, y con motivo de la celebración del Día Internacional del Libro, a través de una iniciativa del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), de un nuevo fenómeno cultural conocido en todo el mundo como el bookcrosing, que consiste en dejar libros en lugares públicos de la ciudad para que los recojan otros lectores, que después harán lo mismo.

Las calles más emblemáticas del centro histórico parecían ayer improvisadas estanterías en las que los transeúntes se podían topar con algunos interesantes ensayos, estratégicamente colocados, que abordaban la vida y obra de pintores tan emblemáticos de las Islas como Óscar Domínguez, César Manrique o Juan Arencibia.

Fue el caso de María Ramírez, estudiante de Derecho que, a primera hora de la mañana, estuvo curioseando una antología sobre la pintura moderna del Archipiélago que recogió cerca de uno de los perros de la Plaza de Santa Ana. "Me parece algo original", comentó la joven, "parece como si el libro viniera hacia ti, como si te llamara, y es un modo de despertar el interés hacia nuevas cosas". En Triana, Pedro Martínez, que trabaja de electricista, también se interesó sobre una obra de Felo Monzón que encontró en uno de los bancos de la calle. "había oído hablar de él", comentó, "pero nunca hubiese imaginado que fuese tan versátil".

Esta práctica, que apareció en el año 2011 en las ciudades más importantes del planeta y que se ha ido extendiendo por toda la geografía nacional, se rige por tres sencillas reglas, conocidas como las tres erres; es decir, read (lee), register (registra) y release (libera). Los libros se liberan en lugares públicos y de tránsito de personas, desde la universidad a los medios de transporte o polideportivos, y si cada usuario sigue las sencillas instrucciones es fácil conocer el trayecto realizado por un libro desde su origen hasta la recogida.

Histórico

El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), a través de su Biblioteca y Centro de Documentación, distribuyó ayer un total de 59 publicaciones sobre arte por zonas transitadas del casco histórico de la ciudad. El CAAM se sumaba a una campaña global con otras 61 bibliotecas de museos y centros de arte españoles, como Artium, Musac, la Casa Encendida, Macba, Marco, en la que se puso en circulación más de 3.000 volúmenes, en diferentes comunidades.

Todos los libros, que estaban acreditados con sus correspondientes etiquetas, contenían las instrucciones necesarias para facilitar al lector su participación en la campaña y estarán registrados en la página web www.bookcrossing-spain.com, en la que los lectores y lectoras podrán indicar el lugar donde encontraron cada ejemplar y el lugar donde lo liberaron.

Pero también se puede participar en el bookcrosing en centros como La Regenta, La Biblioteca Pública, el CAAM o La Escuela de Idiomas. Esta última lleva sumándose a esta tradición desde hace ya varios años. De hecho, su director, Norberto Ojeda, reconoce que ha sido muy fructífero. "Cada libro tiene detrás como un diario de viajes donde hay que señalar dónde lo cogiste y la fecha", señala. De hecho, en su interior, cada libro tiene un texto que reza: soy un libro muy especial, estoy viajando, si introduces un código, puedes ver cómo se ha movido el libro en concreto, descubrirás quién ha estado. Ojeda señala que "una vez fuimos a la Biblioteca Pública, vimos una mesa con este tipo de libro y nos informamos y dijimos que también queríamos formar parte del bookcrosing porque aquí además hay muchos alumnos extranjeros, que están aprendiendo español, y para ellos es también es una oportunidad interesante de que el libro viaje por el mundo". El director reconoce que no resulta extraño encontrar, en la página, que un mismo libro que ha empezado aquí se encuentre en estos momentos en Amsterdam.