La Torre de Valencia, en Madrid, o el Pabellón de España en la Exposición Internacional de Nueva York, de 1964, por el que obtuvo el Primer Premio otorgado por el Instituto de Arquitectura Americano, son algunas de las obras del arquitecto Javier Carvajal Ferrer, que falleció ayer en Madrid. El eminente catedrático estuvo en 1974 como director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) , todavía en Tamaraceite, y aún dependiente de Madrid, donde fue recibido por una protesta estudiantil de varios meses contra el franquismo

Considerado como uno de los autores más destacados en la España del siglo XX, la capilla ardiente del arquitecto nacido en Barcelona en 1926 quedará instalada en el Tanatorio de Pozuelo de Alarcón. Javier Carvajal comenzó en Barcelona una carrera que finalizó en Madrid con Premio Extraordinario en 1953, cuando fue vicecomisario primero y comisario adjunto de Arquitectura en la II Bienal de Arte de Sao Paulo (Brasil).

Entre 1972 y 1974 desempeñó la dirección de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, a petición del entonces ministro de Educación Villar Palasí, y ese último año asumió la Cátedra de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Navarra. En lo que respecta a su etapa en Gran Canaria, el arquitecto ý catedrático Joaquín Casariego, alumnios en la ETSA durante la etapa de Carvajal, recuerda que se encontró de lleno con la ebullición antifranquista, que se tradujo en un largo encierro de varios meses "porque no aceptabamos su dirección vigilante, vinculada a la figura del dictador". "Y esto no tiene nada que ver con su calidad docente, exquisita y de gran nivel", añade Casariego.

Carvajal ejerció además diversos cargos públicos, como la secretaría de la Comisión de Enseñanza del Consejo Superior de Arquitectos (1966), la Comisaría-Delegada del Ministerio de Educación y Ciencia para la Reforma de las Enseñanzas de Arquitectura en España (1968) y la Dirección General de Promoción del Turismo (1973).

A lo largo de su carrera recibió numerosos premios, como la Medalla de Bellas Artes (1960), el Premio a la Mejor Arquitectura Internacional de la Feria Mundial de Nueva York (1964), el Premio Fritz Schumacher de la Universidad de Hannover a la Mejor Arquitectura Europea (1968) o el Premio del Colegio de Arquitectos a la Mejor Arquitectura de Madrid (1980).

En el año 2002 fue galardonado con el X Premio Antonio Camuñas de de Arquitectura, en reconocimiento al conjunto de su obra arquitectónica y su trayectoria docente y profesional. Entonces se consideró que su obra era una referencia para entender la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX y se valoró también su labor docente, en la que "ha desarrollado un estilo de pensamiento". En esta labor docente, Carvajal creó escuela, siendo un profesor que, sobre todo, supo enseñar a pensar con independencia. Con motivo de la entrega del mencionado galardón, Javier Carvajal reconoció que a pesar de su intensa labor como arquitecto, "de todo lo que he hecho en mi vida lo que más satisfacción me ha dado, con gran diferencia, ha sido ser profesor de la Escuela".

Para Carvajal, la arquitectura no era tanto arte o técnica "sino humanismo. Los arquitectos somos humanistas al servicio del hombre, al que queremos hacer feliz. Si sólo fuésemos técnicos o artistas, nos quedaríamos mancos. Nuestra mayor satisfacción es que las personas nos digan que son felices en las casas que hacemos. En la Escuela procuramos que se trabaje en ese espíritu de humanismo".

Uno de sus proyectos, y sin duda el más polémico en su momento, fue la Torre de Valencia. "Nunca lo entendí demasiado. Uno se queda asombrado de que se creen estas situaciones. Fue un buen proyecto en su momento y ahí sigue". La Biblioteca de la Facultad de Derecho (Madrid), la Biblioteca Central (Navarra), el Edificio Adriática (Madrid), la Escuela de Comercio (Barcelona)o la Biblioteca Imperial de Teherán, son algunos de sus trabajos, aunque de los que más orgulloso se sentía era de las viviendas de niveles medios, "en las que piensas que la gente puede ser feliz".