"A Pérez Galdós se le negó un Nobel merecidísimo" por su condición de "gran novelista del siglo XIX español y el autor que ha conseguido que el imaginario del XIX sea el suyo, un gran innovador y renovador de la novela española, y sobre todo un prodigioso captador del lenguaje de la vida cotidiana".

Es la reflexión que hacía anoche, a su llegada a la capital grancanaria, Pura Fernández, investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que inaugura hoy martes en la Casa-Museo Pérez Galdós (9.30 horas) el X Congreso Internacional Galdosiano con la conferencia El escritor profesional como mediador y legitimador de las novedades científicas. ?

Explica Pura Fernández que el escritor grancanario "era un hombre de muchas aptitudes y tenía una curiosidad permanente por todo lo nuevo en casi todas las ramas de la ciencia, estaba el tanto del movimiento científico de la época, y además su contacto con hombres de ciencia, fundamentalmente médicos, le tenía informado, y todo eso lo traslada a sus novelas y lo convierte en parte de su proyecto literario".

Entre los avances científicos que Pérez Galdós incorpora a su corpus narrativo, destaca Pura Fernández por un lado la medicina experimental "en una doble dimensión"; esto es, "desde una perspectiva fisiológica y de enfermedades mentales". La psiquiatría, que en esos años se definía como alienismo, "empezaba a confirmarse como un campo profesional que se estaba legitimando", según Fernández, y que se traduce en la aparición en las obras galdosianas "patologías diversas como neurosis, monomanías, que están descritas con tremenda precisión y admirada por los especialistas". Y de otro lado, "la gran revolución de las ciencias biológicas, el transformismo, el evolucionismo, con una mezcla de las teorías darwinianas, lamarckianas, que Galdós traslada a sus obras", subraya la investigadora del CSIC.

Al autor grancanario le produjo una fascinación tremenda el movimiento naturalista. A juicio de Pura Fernández, "le deslumbra porque supone intentar acompasar la literatura con el movimiento científico del momento y convertir la literatura no solo en una representación de actuar en la realidad, sino en una forma de actuar sobre la realidad." Todo ello, convierte a Pérez Galdós es un escritor de "literatura combativa que participa de los debates en torno a la higiene que tiene que ver con la vida de las ciudades, la regulación de la prostitución, con la política sanitaria que afecta a los manicomios".

Los vasos comunicantes entre la literatura y la ciencia, de los que Galdós es el gran referente, son fruto de "la aplicación del método experimental a todas las ciencias, especialmente a la medicina, que se incorpora también a la literatura". Es por ello que "personajes y acontecimientos se rigen por esas leyes fundamentales que rigen otras ciencias y se plantean premisas como la observación, la experimentación, la aplicación de las leyes de la herencia, todas las innovaciones científicas que se producen a partir de los textos de Darwin, que comienzan a traducirse en España con una cierta tardanza, como ocurre siempre, por una serie de condiciones históricas que lastraron la vida del país, como la inestabilidad política, la defensa férrea del doctrinalismo católico".

La investigadora del CSIC puntualiza a este respecto que "Galdós sigue el movimiento naturalista, pero no de manera dogmática. Es un genio creador que va utilizando, como decía Leopoldo Alas Clarín, con un cierto sentido de la oportunidad, todo aquello que considera que puede enriquecer su quehacer literario".

Un escritor que a su juicio no goza del reconocimiento internacional que merece como un intelectual comprometido con su tiempo, que "toma partido y es una forma de proponer al lector una reflexión de lo que ocurre en la sociedad, es una continua propuesta de intervenir en las políticas públicas".