El Festival de Música de Canarias completó anoche el ciclo sinfónico emprendido hace 30 años por Rafael Nebot con la primera visita a Canarias de la Orquesta Sinfónica de Chicago. Un concierto histórico, protagonizado por la gran formación orquestal que restaba por ingresar en la nómina de hitos musicales que ha cimentado el evento en estas tres décadas. En el podio, su director, el maestro napolitano Riccardo Muti. El director regresaba a la isla tras su último concurso en el Festival canario, en 2008 al frente de la Philharmonia Orchestra. Un reencuentro con Muti, agradecido del afecto que se le venera en una tierra de la que ha confesado sentirse enamorado, que ha permitido que el Festival canario tuviera en su favor la excepcionalidad de contar con la Sinfónica de Chicago con cuatro conciertos, dos en cada isla capitalina.

Con el aforo al completo desde hace meses para el estreno y el segundo programa de hoy sábado, el concierto inaugural fue motivo de celebración colectiva, de la organización y del público, que veía satisfecha una demanda que por razones económicas parecía inalcanzable. En programa, tres piezas que permitían descubrir el potencial de la Orquesta, "excepcional" según el maestro, y subrayado por el público con una sonora ovación: la música del ballet de Macbeth, de Verdi, con la que arrancó el concierto; el poema sinfónico Muerte y Transfiguración, op. 24, de Strauss; y la suite de Romeo y Julieta, de Prokofiev, con el que se cerraba el programa que se repite el 13 de enero en Santa Cruz de Tenerife. Y como bis regaló la obertura de la ópera Nabucco, de Verdi, homenaje al bicentenario del nacimiento del compositor. El director se dirigió al público en italiano felicitando el año nuevo, y agradeciendo otra vez los aplausos. Este programa se repite el martes 14 en el Auditorio de Santa Cruz de Tenerife.

Con puntualidad rigurosa, el concertino Robert Chan, primer violín de la Orquesta, fue junto el resto de los músicos, depositario de los primeros aplausos, mientras se procedía a una afinación casi preludio del festín sinfónico que vendría después. Al instante, el maestro Muti salía al escenario agradeciendo el cálido recibimiento que hizo extensivo a los músicos.

"Es una noche histórica, especial, mágica, de energía, de buen ambiente, los músicos de la Orquesta están exultantes, el maestro está muy emocionado y desde luego feliz de haber apostado por Muti y la Sinfónica de Chicago y que aceptaran la invitación para los conciertos de inauguración". Eran las palabras de Candelaria Rodríguez, directora del Festival de Música de Canarias, minutos antes de los primeros compases del concierto. Rodríguez fue recibiendo a las autoridades que ocuparon el palco presidencial. No estaba el presidente Paulino Rivero, pero si el vicepresidente y consejero de Educación y Sostenibilidad, José Miguel Pérez; el viceconsejero de la Presidencia, Jorge Rodríguez; las consejeras de Sanidad y Cultura y Bienestar Social, Brígida Mendoza e Inés Rojas, respectivamente; el director general de Cultura, Xerach Gutiérrez; el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna; el coordinador insular de Cultura y Patrimonio, Larry Álvarez; el consejero de Industria, Juan Domínguez; el alcalde capitalino Juan José Cardona; y la concejal de Cultura María Isabel García Bolta. A todos ellos se unió Jerónimo Saavedra, Diputado del Común, en un aluvión de saludos mutuos por el acontecimiento, y el director de la Fundación Auditorio-Teatro, Luis Acosta.

Entre el público que asistió al concierto se encontraban Marzio Conti, director de la Oviedo Filarmonía, que se trasladó a la Isla por Muti y la OSC; el compositor Juan José Falcón Sanabria; la vicerrectora de Cultura de la ULPGC, Isabel Pascua; el conde de la Vega Grande, Alejandro del Castillo y señora, María del Carmen Benítez de Lugo; el empresario José Sánchez Pérez; la promotora Dania Dévora; la directora de la Casa de Colón, Elena Acosta; y el presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, Tomás van de Walle, entre otras personalidades de la vida cultural, social y económica.