El Curso Musical de Verano en Gran Canaria que se celebra desde el pasado día 14 en el Auditorio Alfredo Kraus, se clausura mañana miércoles. Han sido 9 días de convivencia y aprendizaje de 180 jóvenes con aspiraciones artísticas que este miércoles, a las 18.00 horas, mostrarán en público en un concierto lo aprendido estos días. Será el broche final a la quinta edición de este proyecto formativo.

Sin embargo, el curso no solo han tenido a una amplia gama de jóvenes intérpretes entre sus filas, sino a talentos infantiles de todo el Archipiélago. Oriana Padilla, Justo Martín y Daniela Pérez son tres ejemplos de jóvenes promesas que se han dado cita durante la iniciativa y las distintas clases impartidas por profesionales de la Asociación músico-educativa Inegale.

Para Oriana Padilla León, la música es como la guinda del pastel en su faceta artística. Con sus 11 años, esta tinerfeña añade a sus lecciones de violín el toque de la gimnasia rítmica, modalidad en la que se erige como futura promesa. Este año, Oriana repite en el Curso Musical, en el que ya participó en la edición pasada. "Este verano ha sido mejor que el anterior, mucho más divertido y con más actividades", asegura la violinista. "Lo mejor de todo es poder tocar con mis amigos sobre el escenario y en las clases". Cuatro años de lecciones de violín, fraguados en la Escuela de Música de Los Realejos, han dado a la tinerfeña una notable soltura con el instrumento. Ayer prometía repetir la experiencia "siempre que pueda y haya plazas".

Una familia de músicos y una infancia entre partituras y acordes hacen de Justo Martín Verona un virtuoso en potencia. Con solo 8 años, el grancanario y su clarinete llevan un par de primaveras siendo aliados en los escenarios. Justo pertenece a varias generaciones de intérpretes, lo que le ofrece la ventaja de haberse criado junto a varios talentos veteranos de la música en Canarias. Su madre, pianista y profesora del Conservatorio Superior de Música de Canarias es especialista en música de cámara. Este don musical de su familia también ha bendecido a las tías del joven clarinetista, que han tocado más allá del Archipiélago con varias intervenciones en el extranjero.

La formación musical de Justo Martín proviene de academia privada y aunque esta es la primera vez que participa en el curso, asegura que ha aprendido mucho en estos días. "La mejor clase es la de expresión corporal", confiesa. "Es donde hacemos más actividades y muchos juegos". Este taller esta orientado a que los alumnos se distraigan y desconecten, con una programación encaminada a que dejen por unas horas los instrumentos y trabajen y se entretengan en equipo.

Daniela Pérez López es el claro ejemplo de la utilidad que tiene para los estudiantes este Curso Musical en Gran Canaria. Esta aruquense de casi 13 años e intérprete de flauta, repite en esta edición en el Auditorio Alfredo Kraus. Su bagaje musical, de más de siete años de formación, tiene también el aderezo de una familia de artistas. Su padre, Manuel Pérez, es coordinador de las Escuelas Artísticas Municipales de Arucas, donde estudia Daniela desde hace años. Sin embargo lo que cabe destacar de la alumna ha sido su gran cambio en apenas un año. Sus profesores coinciden en que la intérprete ha sufrido una enorme evolución, además de una transformación en cuanto a sus inquietudes musicales. Tras el curso del verano pasado, Daniela le encontró el gusto al escenario y si antes no proyectaba una carrera musical, este año ya tiene programado entrar en el Conservatorio. "Lo que más me gusta de este curso es el ambiente entre los compañeros, los profesores y las clases", explica. "Estamos entre amigos y eso se nota mucho".

Mañana, el Auditorio volverá a su tranquilidad habitual tras el terremoto que ha llenado sus clases estas semanas. No sin antes poner sobre las tablas a todos los participantes del proyecto.