Pink Martini es caso aparte en el espectro musical contemporáneo. Al proyecto nacido en 1994 Portland, Oregón, como una banda de jazz con el pianista Thomas Lauderdale al frente, se le queda corto en la actualidad el atributo de pequeña orquesta de pop y canción tradicional. El universo musical de Pink Martini es tan amplio como la multitud de geografías, culturas y lenguas con las que dibujan un repertorio que se mueve felizmente en Cuba y Brasil hasta Japón pasando por Centroeuropa o el Mediterráneo. Es, sin lugar a dudas, unas de las máximas expresiones del término "músicas del mundo", una orquesta de las naciones, no por la construcción de un lenguaje sonoro donde confluye tradición y modernidad, que también ocurre, sino por la versatilidad y acierto en la recuperación y arreglos de melodías del ayer de cualquier rincón del planeta.

De todo ello hubo en el primer concierto que Pink Martini ofrecía en Canarias con el que se clausuró el pasado lunes en el Auditorio Alfredo Kraus el XII Arrecife de las Músicas. Las estrecheces de presupuesto dejaron a este Arrecife reducido a dos conciertos que por azar o conveniencia tuvo a dos orquestas en cartel: la Gran Canaria Big Band con el homenaje al repertorio del ausente timplista José Antonio Ramos, y Pink Martini, once músicos y la vocalista Storm Large, punto y aparte en este concierto.

La pasión y empeño de Thomas Lauderdale por el rescate de melodías pretéritas, de esquejes de la música tradicional, de piezas de cabecera de géneros como el bolero y el cabaret, de estandars del jazz y el pop, ya la conocíamos. Y la comunión que se genera entre la decena de músicos que sutilmente dirige desde el piano, y los elegantes fraseos vocales de China Forbes, también. La sorpresa, para bien, fue el concurso de Storm Large como front woman de Pink Martini. Políglota, sensual, excelente conductora de un repertorio que en otras manos habría quedado excesivamente vago y trillado, pero que el pasado lunes logró literalmente arrebatar a un patio de butacas que no dudó en romper la disciplina de la sala sinfónica. Muy pocos del público quedaron sentados e inmunes a las continuas arengas de la tormenta rubia entre palmas, coros y bailes. La cantante rompió la cuarta pared en más de una ocasión subiendo escaleras arriba y abajo y saludando a quien se lo brindaba. Cambió de vestuario fruto de las dos partes del concierto, y a saber por qué razones se negó a lucir su espalda limpia donde cruza un inmenso tatuaje con la palabra Lover.

Decía Storm Large, que su vocabulario musical se había implementado sobremanera con Lauderdale, y que el pianista era quien, en términos musicales, templaba a la fiera. No le falta razón, porque Storm Large se erigió en una suerte de diva de la canción, capaz de meterse en los ambientes de cantina entre desgarradores boleros, soltarse la melena en un carnaval sinfónico, o evocar a la mejor Ute Lemper, salvando las distancias artísticas, en el Berlín cabaretero. Contra pronóstico, poco hubo en el repertorio de Dream a little Dream (2014), pero fieles al guión, el grueso de Get happy (2013), con ocho temas, marcó un concierto en el que la banda optó por dar lustre a la paleta latina. Albumes como Splendor in the grass (2009) y Hang on little tomato (2004) y su debut Sympathique (1997) estuvieron presentes y compartieron un repertorio que arrancó con Malagueña y acabó con Brazil en los bises, no sin antes rememorar a Chavela Vargas con el arrebatador Piensa en mí, de Agustín Lara. Amado Mío, Quizás Quizás Quizás, Ich Dich Liebe (uno de los mejores pasajes de la noche, homenaje a Mamie van Doren), Donde estás Yolanda, Omide Zendegani, Uskuda'r Giden Hiken, The Flying squirrell, Pana cand un te lubeam, Una notte a Napoli, She was good to me, Hang on Little tomato, Let's never stop falling in love, Zundoko-Bushi, Romanza andaluza, de Sarasate, y el celebrado Get Happy/Happy Days, bises aparte. Un set compartido a las voces con los otros vocalistas de Pink Martini y con la estampa impagable del mar a través de las cristaleras de la sala sinfónica. Un lunes de agradecida tormenta.