¿Cómo es la idea original sobre la que se funda Oasis

Existe un tema que, en mi caso, subyace desde siempre, y es el tema de la ausencia. Se puede aplicar, como en Oasis, a la pérdida del amor pero, también, a un sentimiento que intuyo en la especie y que nace de la conciencia de que somos finitos. Eso genera una especie de agujero negro que nos hace indagar, en mi caso, a través del lenguaje poético, sobre el sentido último de la existencia misma. Ese es el germen auténtico de Oasis.

¿El lenguaje poético es un pretexto para aproximarse a ese abismo o sucede al contrario?

Para mí, el "oasis" se corresponde con un espacio que yo mismo me creo para intentar buscar ahí una especie de armonía o equilibrio que me permita salvar esa sensación de vacío, que se experimenta cuando uno tiene esa sensación de abismo. Entonces, me creo mi propio oasis particular que es, de algún modo, una manera poética de contrarrestar ese otro sentimiento universal de fugacidad, de caos y de sinsentido.

¿Cree que todos precisamos de un refugio contra el caos?

Tampoco se trata de luchar contra lo inevitable, sino de crear un espacio para contrarrestar ese caos aparente de que uno nace para morirse. Eso es difícil de armonizar, por muchas vueltas que uno le dé, porque los seres humanos somos capacaces de aceptar que somos finitos y, al mismo tiempo, el cerebro permite conceptualizar la eternidad. Ese contraste es difícil de asumir si no buscamos contrapesos. El oasis que yo he creado poéticamente es mi contrapeso donde, con cierta placidez, puedo encontrar un sentido que, de otro modo, no me es posible encontrar.

¿Cuál es el mayordesafío que le plantea un verso?

La poesía consiste en trabajar emociones. No en verterlas sin más, sino en esculpirlas. Al hacerlo, a uno se le plantea una emoción nueva, distinta, filtrada; y ese es el pretexto del poema. Para elaborar emociones de forma poética se requiere técnica y recursos poéticos, que se aprenden leyendo mucho y practicando mucho, es decir, por el método del error-ensayo, porque la poesía es un arte, un artificio.

En su obra Sonetos, anterior a SonetosOasis

Sonetos era una deuda pendiente porque, sobre los nueve años, cayó en mis manos Las mil mejores poesías de la lengua española y me lo aprendí de memoria. No entendía nada, pero me gustaba su música contagiosa. Aquel libro recoge desde los orígenes de la lírica castellana hasta poetas como Góngora y Quevedo, y yo tenía una deuda con los que fueron mis maestros.

¿Cómo percibe el panorama actual de la poesía en las Islas?

Creo que también hay un oasis. En este momento, en las Islas perviven hasta cinco generaciones de poetas, desde la generación de la posguerra hasta grupos de jóvenes con edades entre 20 y 30 años y con obra publicada. Con independencia del juicio crítico que pueda merecer, hablamos de una envidiable salud de la poesía, pero no es extraño. En Canarias, la cantera poética ha sido permanente, desde Cairasco hasta ahora. Y esa idea de continuidad es también la idea de futuro y garantía porque el trabajo de la poesía es individual pero el empeño es común, que es contribuir al acervo cultural general y también de nuestra microtradición canaria. En estos tiempos de crisis, donde se cuestiona todo el modelo que hemos tenido, los aspectos artísticos adquieren una relevancia especial y, en contra de lo que se dice, creo que son buenos tiempos para la lírica.

Se cumplen 25 años desde su primera publicación, ¿cómo ha evolucionado su relación actual con la poesía?

Para un poeta, la poesía es la vida. En la medida en que se va incardinando cada vez más en la circulación sanguínea, ya da lo mismo lo que pase, que te publiquen o no, porque ya es tan vital como el aire.