La extensa obra pictórica de Paco Sánchez (Gran Canaria, 1946) abraza un cosmos poético propio, único y mágico que, enraizado en la tradición canaria, "cuestiona y reformula el ideario estético del indigenismo canario". Así lo define Fernando Castro Borrego, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna (ULL), que estudia la trayectoria del artista grancanario en 51º monográfico de la colección Biblioteca de Artistas Canarios (BAC). El autor presentó ayer este nuevo monográfico, que edita el Gobierno de Canarias, en la Biblioteca Pública del Estado en Las Palmas de Gran Canaria, acompañado por la crítica de arte Clara Muñoz, como presentadora del encuentro, y ante la presencia del propio pintor.

"Este es un encargo de hace tiempo, en el que acometo un estudio de la obra de Paco Sánchez desde la perspectiva de su adscripción al indigenismo y la forma en que él replantea los principios de estética de este movimiento de las vanguardias insulares", explica Castro. Pero este no es el único eje en el que se erige su ensayo. Castro también explora el significado de los grandes mitos relacionados con el origen de las Islas y la idea del paraíso representados en la obra del pintor. "Sánchez plantea estas ideas en términos poéticos, a partir de su afiliación indigenista y su fidelidad a la obra de Felo Monzón", apunta Castro. En este sentido, el autor destaca que "el volumen ha sido también una oportunidad para hablar de Monzón y de indigenismo, sobre los que aún quedan muchas cosas por decir".

Mundo poético

Discípulo de Felo Monzón y la Escuela Luján Pérez, Paco Sánchez aborda los grandes mitos de la sociedad aborigen desde una mirada poética, "más cerca de Agustín Espinosa y su visión mítico-poética de Lanzarote en Lancelot", apunta Castro. Una opinión que secunda la crítica de arte Clara Muñoz. "Si Felo Monzón miraba hacia el hombre canario desde una perspectiva sociológica, la de Paco Sánchez es una mirada más poética", afirma.

"La pintura de Sánchez hace una recreación mitológico-poética de la sociedad canaria y de la situación en que vivían los aborígenes", explica Muñoz, "pero lo hace en lo que Castro describe en el libro como un tiempo suspendido o un presente eterno, como un retorno a un estado de naturaleza". "Su obra sugiere que esta sociedad puede evolucionar hacia un estado civilizatorio", añade.

Los colores luminosos del Atlántico, la recuperación de lo primitivo y la reflexión-reivindicación identitaria atraviesan la pintura de Sánchez, que se define como un pintor neoprimitivista. "Su obra nace de un arraigo que sólo se puede explicar desde el conocimiento de la cultura canaria", destaca Castro. Esta búsqueda constante se articula, en palabras de Muñoz, "en un discurso muy bien hilvanado y con un planteamiento totalmente original". "Aunque no ha estado entre los artistas más apoyados de la generación de los 70, Sánchez ha sido uno de sus artistas más originales", concluye, "él mira hacia el mundo aborigen de una manera completamente única".