El público se entregó anoche a Halffter, que preparó un repertorio variado para este concierto extraordinario con motivo de las Fiestas del Pino. Su presencia tenía un doble motivo especial. Por un lado, es la primera aparición del director madrileño tras hacerse oficial que el próximo año se cierra la vinculación con la Orquesta, que dirige desde el año 2004.

"En el nuevo nombramiento se busca contar con un profesional que tenga un alto nivel de implicación con la Orquesta y la Isla, que participe de forma activa en la selección de los nuevos componentes, con especial atención a los jóvenes talentos canarios, y que apueste por una verdadera programación en los municipios grancanarios y por propuestas que acerquen la Orquesta a los diversos colectivos sociales", argumentó la Corporación insular. El protagonista evitó ayer hacer declaraciones al respecto. El contrato vence el 31 de agosto de 2016, y en su historial se incluyen sus giras por Japón, China y Alemania, además de los concierto especiales organizados en la terminal de contenedores del Muelle de la Luz, en el pabellón Gran Canaria Arena y el Puerto de Mogán, además de los escenarios habituales.

Además, esta actuación, previa a la temporada de abono, supone la vuelta de la Orquesta y de su titular al Auditorio de Teror desde la inauguración en el año 2006.,

El director artístico dirigió para la ocasión un programa de corte popular, con El Cid: música de ballet, de Massenet; la Polonesa de Eugenio Oneguin, de Chaikovski; las Danzas húngaras nº 1 y nº 5, de Brahms; así como el Finale de la Sinfonía nº 9 del Nuevo Mundo y la Danza eslava nº 8, de Dvorak. Además, tras las felicitaciones del público, interpretó El cascanueces, de Chaikovski, para agradecer los aplausos al final del repertorio programado.

El Auditorio de Teror, con 580 butacas, casi se llenó en este pase especial y gratuito para seguir a los músicos durante casi una hora y cuarto. Sólo los asientos reservados para las instituciones casi rompieron la estética general.

El público se entregó en aplausos en cada pieza de Halffter y los 67 componentes de la Orquesta, de los cuales 37 eran hombres.

A su finalización, la concertino recibió un ramo de flores. Y, a su vez, el director recibió el logotipo del Pino y un cuadro con el cartel anunciador.

Isabel Guerra resaltó durante ese pequeño homenaje que "Teror es un pueblo musical", y confió en que la Orquesta vuelva con más frecuencia a la villa, y que no tengan que esperar otros nueve años para verles de nuevo en el Auditorio. Halffter agradeció las muestras de cariño.