El escritor y periodista Fernando G. Delgado, ganador de los premios Planeta y Azorín, asegura que actualmente "las librerías están llenas de acumulación de imbecilidades" y defiende que lo importante en literatura son las ideas y la palabra. Delgado se estrena esta legislatura, a sus 68 años, como diputado del grupo socialista en Les Corts Valencianes, una responsabilidad que compagina con su labor literaria pues considera que interrumpirla sería negativo "para una cosa y para la otra"; y lamenta "la banalización de contenidos" hacia la que camina el libro en la actualidad y asegura que el mero hecho de escribir un libro no es algo prestigioso ya que puede ser objeto "de las mayores idioteces".

Delgado, tinerfeño de nacimiento pero afincado en Faura (Valencia) desde hace casi veinte años, confiesa tener miedo de "esas legiones de imbéciles" que, según Umberto Eco, están creando las nuevas tecnologías "porque a veces las guerras han sido cosa de los tontos con sus terribles consecuencias".

"La gente sin talento puede llegar a ser profundamente deshumanizada -apunta- y las barreras que se ponen a la gente que hoy huye de la desgracia vienen a veces de torpes ideologías que tiene que ver con sentimientos cultivados por la idiotez". Considera "casi milagroso" que el libro siga teniendo acogida en una sociedad donde, según critica, los procesos educativos no preparan a los niños como lectores ni para que contemplen arte o música.

Se muestra muy interesado por la relación entre la cultura y la educación porque considera que "sin educación no tenemos consumidores de cultura", y cree que formar personas que solo se entienden "con la técnica y con los números, al final lleva a no entender la condición humana, y por lo tanto a deshumanizarse".