Ocho apellidos vascos fue en 2014 la producción en español más vista en Iberoamérica, con 9,5 millones de espectadores y unos ingresos de 74,6 millones de dólares, lo que la sitúa en el puesto 20 de los estrenos cinematográficos del año en la región. Según los datos del III Panorama Audiovisual Iberoamericano, presentado ayer por la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales españoles (Egeda), al filme español le siguieron la coproducción hispano-angloamericana Exodus: dioses y reyes, con 7,1 millones de espectadores, y la hispano-argentina Relatos salvajes, con 4,7 millones.

En términos globales, la película más taquillera en Iberoamérica en 2014 fue Maléfica, con 30,3 millones de espectadores, y la segunda Río 2, con 25,6 millones. Porque los grandes estudios norteamericanos siguen dominando la distribución en Latinoamérica, con un 78.8 por ciento, frente al 21,2 por ciento de las distribuidoras independientes, según destaca el estudio.

Un porcentaje que se reduce ligeramente en el caso de España, donde las distribuidoras americanas coparon el 77,1 por ciento del mercado, con una cuota del 65 por ciento el pasado año tanto en espectadores como en ingresos. El cine nacional se quedó con una cuota del 25,7 por ciento, y el iberoamericano no llegó al uno por ciento. El estudio, realizado en 23 países -20 latinoamericanos, España, Portugal y Estados Unidos- señala que la cuota de mercado del cine latinoamericano en cada uno de sus lugares de origen se sitúa en una media del 9,44 por ciento.

Y ello pese a que la producción iberoamericana representó el 11 por ciento de la cinematografía mundial en 2014, un año en el que las películas de estos países registraron 727 millones de espectadores y recaudaron más de 3.600 millones de dólares (3.165 millones de euros).

El gran obstáculo

El principal obstáculo para mejorar esas cifras es la penetración del cine de cada país latinoamericano en el resto de la región y, especialmente en Estados Unidos, donde están presentes de forma habitual directores como Pedro Almodóvar o Alejandro Amenábar y alguna películas mexicanas, pero cuesta mucho llegar, reconoció el director de Egeda, Óscar Berrendo.

El fin debe ser ir más allá del modelo tradicional de coproducciones y tener en cuenta el potencial de las industrias del cine de países como Colombia o Brasil, además de recordar que Iberoamérica es el mercado natural para España, afirmó la directora del Instituto de Cinematografía, Lorena González.