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Entrevista. Cineasta

José Luis Garci: "Soy un aficionado al cine que ha tenido la suerte de hacer películas"

"Galdós es como si fuera de la familia. Es el abuelo que nunca tuve. Su obra es mejor que la de Charles Dickens", asegura el director

El cineasta José Luis Garci en la facultad de Humanidades de la ULPGC antes del inicio de 'El cine en las venas' . J. C. CASTRO

En las cine en las venas, ¿podría ser un lema sobre su vida?En las cine en las venas

El título no es mío, pero es acertado. Habla de la cinefilia, esa enfermedad incurable y maravillosa que padecemos unos cuantos que llevamos el cine en la sangre. Lo importante es estar en la universidad. ¿Qué mejor sitio para tratar el primer arte del siglo XX? Porque el cine ha sido más importante que la música, la pintura o el teatro. Sin discusión. Es el arte del siglo XX.

Usted es un enamorado del cine clásico. ¿Se ciñe a estos títulos cuando se dirige a los jóvenes?

Sobre todo a la época dorada de Hollywood. Es comparable con el impresionismo de finales del XIX con Renoir, Cézanne, Van Gogh y demás; o el Siglo de Oro español con Lope de Vega, Quevedo o Cervantes. Esa época de John Ford, Hitchcock, Howard Hawks, Fritz Lang, entre otros, es imposible de repetir. John Ford es el Shakespeare del cine y, con el tiempo, a lo mejor se conocerá a Shakespeare como el John Ford del teatro.

¿Qué elementos tenía ese cine que no encuentra en el actual y que lo hacía tan grande?

Es un cine que se construye en Hollywood pero lo llevan los alemanes. Es el expresionismo. La luz suave del Gabinete del doctor Caligari es el inicio de Hollywood. Es esa luz. Luego llegan los contrastes entre sombras y luces de Fritz Lang, Edgar Ulmer, Billy Wilder, Fred Zinnemann, Preminger. Es un cine que incluye muchos géneros y, en su conjunto, una de las grandes joyas de la cultura popular.

Usted ha analizado siete clásicos en el libro Las siete maravillas del cine

Me gusta mucho el cine de Kathryn Bigelow. También Ben Affleck. Creo que la película Adiós pequeña, adiós es una joya. Y mucho mejor que Mystic River que es del mismo escritor (Dennis Lehane). La noche más oscura es una película con una fuerza y una textura magnífica. Además, una de las siete maravillas modernas tiene que ser Master and Commander. Es una película épica que posee el aliento de Howard Hawks o Raoul Walsh. Pero bueno, si tuviera que escribir el libro otra vez probablemente me saldrían siete películas distintas: Madame de, Tu y yo, Lo que el viento se llevó...

¿Con esa pasión que siente no se ha replanteado esa retirada que anunció hace tres años?

Vamos a ver. Fue una decisión que tomé hace tres años, paseando por Manhattan. Me di cuenta de que hasta aquí había llegado. Además, mi última película es la que más me gusta. Me da igual lo que piense la gente. Holmes y Watson es el título que más se acerca a ese cine de Hawks, como ¡Hatari!, que he admirado y perseguido durante mucho tiempo. Además, llega un momento en el que hay que ceder espacio a la gente nueva. A mí me pasó en mis inicios. Berlanga empezó a hacer menos cine, como Bardem, Forqué y más gente. Es un paso generacional que hay que entender. Pero bueno, yo de lo que dimito es de una parte del cine que puede ser un 10% de lo que es mi pasión, porque he hecho 18 largometrajes pero he visto 30.000 películas. Soy más un espectador, lo que pasa es que he tenido la suerte de hacer películas y estar en los dos lados del Río Grande.

Entonces, ¿es definitivo?

Bueno, ya lo decía James Bond: "Nunca digas nunca jamás". Nunca se sabe. Yo digo en broma que si un amigo me pide que le haga el vídeo de su boda, igual se lo hago. Aunque, eso sí, lo haría algo distinto, (risas), sin tanto plano único y tanta tía Enriqueta (más risas).

¿Hubo algo de hartazgo?

No, no. Pero, aparte de todo esto te digo que no me ha llamado nadie para ofrecerme una película, un proyecto o algo que interese.

Usted ha sido guionista, productor, director. Ha tocado casi todas las labores del cine. ¿En cuál de estas ha disfrutado más?

En el montaje. Sin duda. Es el lugar donde tienes todas las posibilidades a la hora de hacer la película. Tienes el guión, el rodaje, los metros de cinta. Queda, por lo tanto, el trabajo de mayor creatividad. Pero, el mejor momento para cualquier cineasta es el control de las mezclas, cuando ya has mezclado la peli, tienes el sonido, los diálogos, la música y, como en Frankestein, o cobra vida o se queda en nada. Ese es el gran momento del cineasta.

Y, después de tantos años, ¿cómo afronta su primera experiencia como director teatral?

¡Ah, sí! Yo había hecho algo de teatro aficionado con 20 años. Ahora me ha llamado el director del Teatro Español. Yo le expliqué que me interesaba hacer un homenaje de esos autores que en la década de 1940 tenían 20 años y tenían una nueva manera de entender el teatro. Me refiero a Alfonso Sastre, Alfonso Paso, Carlos José Costas o Medardo Fraile. Ellos hacían obras de un acto y las estrenaban en El Maravillas o donde podían. Yo he elegido una de Sastre, Cargamento de sueños, y otra de Fraile, El hermano, y, si todo funciona, podremos estrenar a finales de febrero en el Teatro Español donde ellos nunca pudieron estrenar. Me hace mucha ilusión.

¿Qué opina sobre el auge de las series como un nuevo medio de expresión cinematográfica?

Pues es el cine actual, aunque a mí no me gustan las series porque pierdo interés. He visto algunas. Me gusta la primera temporada de True Detective. La segunda no. Me gustó mucho El ala oeste de la casa blanca, Los Soprano o Deadwood. Yo prefiero el cine, aunque las series están bien y la gente se pega sesiones de 12 horas del tirón. Eso está bien. Hacen cine, películas empalmadas una detrás de otra y están muy bien hechas.

En su vínculo con Canarias destaca su admiración por Benito Pérez Galdós. ¿Que representa este autor para usted?

Para mí ha sido casi como de la familia. Era casi como un abuelo, porque yo no tuve abuelos. Ha sido una figura muy cercana. Es como esa especie de chaqueta que te está un poco holgada; con coderas de pana, probablemente, pero que te sienta muy bien para dar un paseo. Es ese chaquetón de la literatura española. Esos zapatos un poco grandes, abarquillados, los más cómodos que vas a tener en tu vida, y que cuando sales con ellos te sientes maravillosamente. Eso es Galdós para mí. No ha habido otro como él. Ha habido genios. Siempre se habla de Cervantes, Quevedo y de Baroja, pero Galdós es especial. Además, es curioso como siendo un hombre de aquí pudo calar tan hondo en mi ciudad, en Madrid, y de una manera tan extraordinaria. Los episodios nacionales tiene el aliento épico de Tolstoi y sus novelas son mejores que las de Charles Dickens.

¿Y para el cine?

Es extraordinario. El abuelo es magnífica para el cine. Es un personaje muy bien diseñado y tuve una suerte enorme al poder contar con Fernando Fernán Gómez para el papel. Nadie lo podría haber hecho como él. De la misma manera pienso que jamás hemos visto de verdad Luces de bohemia porque Max Estrella es Fernán Gómez. Esos ataques coléricos y de repente esa ternura. Pues eso, pude contar con él y él estaba muy contento. Me dedicó un libro en el que me decía que le di el mejor papel de su vida. Pero bueno, Galdós es lo más grande que ha habido en los últimos 300 años. Galdós y Baroja se disputan el medallero. Y es curioso, porque cuando iba a rodar El me puse en contacto con el Cabildo y con gente de aquí y les dio igual. No creo que sepan la importancia que tiene esta figura en la literatura. Galdós es un genio.

Galdós retrató temas delicados de su época. ¿Qué tema de la actualidad cree que tiene elementos para un buen guión?

El atentado con bombas en Atocha. Yo no, pero creo que algún compañero joven podría hacer una gran película. Tiene ingredientes: las bombas, el sonido de los móviles de las víctimas. Bueno, es que es un thriller, es cine político y de acción. Reúne todos los elementos. También representó un cambio de época. Creo que es un proyecto por hacer en el cine español. Por cierto, también me gustó mucho Magical Girl de Carlos Vermut. Es una mezcla entre Buñuel y David Lynch. Yo es que veo una película cada día, porque una cosa es dejar de filmar y otra dejar de ir al cine. De eso no me he retirado.

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