Las adversidades meteorológicas salpicaron la mayoría de actos y actividades programados para la Noche de Finados en el barrio capitalino de Vegueta, donde la lluvia apenas dio tregua desde las primeras horas del día. Por esta razón, la tradicional víspera del Día de los Difuntos resultó en otra noche más pasada por agua, en la que ni se asaron castañas, ni se desgranaron piñas, ni desfilaron pasacalles, batucadas, zombies o calabazas humanas por la ciudad. La mayoría de actos se suspendieron a causa de las lluvias y, en términos generales, las perspectivas de afluencia de público en la zona de Triana-Vegueta se desinflaron con rapidez a causa del mal tiempo.

El aplazamiento del espectáculo de Don Juan Tenorio en la plaza de Santa Ana contribuyó en gran medida a apagar en la zona la expectación gestada a lo largo de semanas para la noche del 31 de octubre. Así lo manifestó Carmen Rosa Díaz, quien paseaba con sus sobrinos, abrazados bajo un paraguas verde, por la plaza de las Ranas. "Desde que nos despertamos, supimos que esta noche estaba vendida; aun así, hemos venido a dar una vuelta para probar, pero lo único así llamativo que ha habido hoy ha sido el fútbol, y mira tú pa qué", señala, entre la risa y la resignación.

Por otra parte, Daniel Álvarez buscó rápidamente una solución pactada con sus amigos: una fiesta privada. "Esto es Halloween y, si en la calle no se puede estar, pues hay que buscarse un sitio", respondió, conciso. El escaso margen de maniobra no dio tiempo a agenciarse un disfraz, "pero lo importante es pasar un buen rato, el resto es la excusa", admite.

Tal vez, una de las reflexiones más interesantes fuese la de Martina Rodríguez, quien sostiene que "la Noche de Finados sólo se preserva en los pueblos" y que "hoy en día, los jóvenes piensan más en la chorrada esa de Halloween que en el verdadero significado de este día en Gran Canaria". "Por eso, no me apena especialmente que no se celebre este día", admite.

Sin embargo, fueron muchos los que se lanzaron a la calle a pesar de la lluvia y, algunos de ellos, persistieron en revivir el espíritu de ultratumba que caracteriza la Noche de Finados y lo hicieron con sangre sintética bordada en la piel y pintura mortecina en el rostro. Además, las previsiones para este día parecen más halagüeñas y el poder de convocatoria del teatro de calle de Don Juan Tenorio puede ser el perfecto ajuste de cuentas para una Noche de Finados empañada por las precipitaciones.