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Entrevista

Andrés Lima: "Lou Reed convierte la destrucción en belleza y hemos querido representarla"

"La labor del teatro es muy parecida a la del cirujano, porque te abre las tripas y te mira por dentro", afirma el director y actor de teatro

El actor y director de escena madrileño Andrés Lima. LA PROVINCIA / DLP

'Berlín', de Lou Reed, disco capital que es un relato hecho canciones sobre el amor destructivo entre Caroline y Jim. ¿Fue un reto plasmarlo en escena?

No resultó difícil plasmar esta historia de Lou Reed, porque Berlín es el disco sobre el que está trabajado el espectáculo. Hablamos de un disco que encierra una historia de amour fou muy fuerte, muy loco, destructivo y pasional. Cuando nos metimos dentro del disco, vimos que había una historia debajo y que, por tanto, había teatro debajo. De alguna manera, Desde Berlín es una tragedia musical, en la que las escenas están ordenadas según las canciones del disco, así que, canción a canción, vamos desgranando la historia de Jim y Caroline. Pero durante el proceso de construcción, una vez que articulamos la estructura del disco, nos faltaban pedazos de la historia y fue entonces fue cuando decidí llamar a Juan Villoro, Pau Miró y Juan Cavestany para hacer, entre los cuatro, una especie de búsqueda sobre el trasfondo de Jim y Caroline. Entre los cuatro, completamos la dramaturgia de lo que sería este periplo amoroso de dos drogadictos, que acaba en tragedia.

¿Cómo decidió meterse en este jardín de sueños rotos?

Desde Berlín surge cuando Lou Reed muere y el productor de la función, Borja Sitjà, que es el director del Teatro Romea, nos llama a Nathalie Poza y a mí para que hagamos un homenaje en forma de espectáculo teatral. Resulta que Borja era amigo íntimo de Lou Reed, así que esta pieza surge como un homenaje sincero por parte de un amigo. Además, Laurie Anderson, pareja de Reed, también es amiga de Borja y le dio el visto bueno al espectáculo para poder utilizar las canciones de Berlín.

¿Cree que este retrato de dos yonquis al borde del infierno refleja, en cierto modo, la lucha de Lou Reed consigo mismo?

Sin duda, refleja el lugar desde el que escribe Lou Reed. Cuando digo que Berlín es una tragedia hablo de tragedia de libro pero, al mismo tiempo, creo que la visión de Lou Reed es diferente. No sé si se debe destripar el final de la pieza pero, como buena tragedia, está bien que se sepa cómo termina y, por eso, la función empieza contando que Caroline se suicida. Y a partir de aquí, nos cuenta la historia de esas dos personas desde la primera canción del disco, Berlín, hasta la última, Sad song, que significa "canción triste", una pieza bellísima con un coro de niños y una orquesta de violines. Una canción sobre la muerte que es un canto a la vida, porque el suicidio de Caroline no es una cuestión destructiva, sino que hay una redención en el propio acto de Caroline, que ha tenido que vivir el lado salvaje de la vida y eso ya se ha acabado. Creo que hay algo de decisión personal y de respeto en los actos de Caroline por parte de Lou Reed y es lo que he querido plasmar en el montaje.

Aguja y poesía en vena, ¿en qué manera confluyen en el imaginario de Lou Reed la oscuridad y la luz, las pulsiones de la vida y la muerte?

La vida es el yin y el yang, ¿no? Lou Reed vivió en esa clave hasta los últimos momentos de su vida. Él encarnaba esa máxima del rock and roll de "vive intensamente y muere pronto" y, sin embargo, casi al final de la espiral, se dedica con 70 y pico años a practicar zen. Pero Lou Reed sabía de esa dualidad en la vida y sabía que la pasión puede ser también destrucción. De hecho, lo es, en gran medida. Desde Berlín muestra todo esto a través de la destrucción de esta pareja que Reed convierte en belleza. Y nosotros hemos querido representarla. En la historia se enfrentan todo el rato los contrarios: cuanto más se aman, más se meten en el mundo de la heroína; y cuanto más se odian, más bonitas son las canciones. Aparte de ser músico de rock, Lou Reed fue un poeta y las letras de sus canciones son, sobre todo, poemas sobre la vida.

Sobre la Medea de Séneca, que llega al Cuyás el próximo enero, dice que "mete la mano entera en nuestras heridas y nos enfrenta a nuestros terrores".

Esta metáfora surge porque yo, desde pequeño, quería ser cirujano y, no sé por qué, me desvié del tema y me cautivó el teatro. Realmente, creo que la auténtica labor del teatro es muy parecida a la del cirujano que te abre las tripas, te mira por dentro y te intenta arrancar los tumores que pueda. Medea surge de esto, no se anda con tonterías y te enseña los dolores más terribles que pueda tener una pareja y las acciones más crueles que pueda cometer una madre, que es matar a sus propios hijos. En Medea, el amor y la muerte se dan la mano y siempre es la mano del dolor. Eso es colocarte ante el lado más oscuro de la vida, como hace Lou Reed, y sin embargo, también es una obra llena de vida, que nos dice: "Esto es un espejo de lo que el ser humano puede llegar a ser". El ser humano es la principal víctima del ser humano y es normal, porque vivimos en permanente conflicto. Tal vez, lo que no es normal es que no sepamos, por lo general, arreglar esos conflictos.

Al final, ¿los textos clásicos y los contemporáneos hablan un poco sobre lo mismo?

Es que el ser humano, esencialmente, ha cambiado poco. Han cambiado las normas que rigen la sociedad, han cambiado las relaciones, pero la esencia del ser humano sigue siendo la pasión, la codicia, el deseo, la muerte. En el caso de Medea, Séneca siempre iba contra las reglas y, en aquellos tiempos de Roma, le costó la vida. El propio Séneca decía que Medea era una metáfora de la guerra, pero también puede serlo del ser humano. Lo interesantísimo es que Medea representa lo contrario de la virtud para Séneca y, sin embargo, la dota de una belleza y un atractivo tremendo. Esa admiración por lo mejor del hombre y esa crítica hacia lo peor del ser humano en Séneca es fascinante.

'Medea' se enmarca en el proyecto creativo 'Teatro de la ciudad', que emprende con Alfredo Sanzol y Miguel del Arco, ¿cuál es la vocación de esta iniciativa?

Nuestro deseo es profundizar en el teatro, investigar, aprender, compartir y acceder a más tiempo a la hora de afrontar un espectáculo. Quisimos revisitar los orígenes con Medea, Antígona y Edipo porque hay que respetar el teatro que se ha escrito durante siglos y que se sigue escribiendo, porque es fiel reflejo del mundo en que vivimos. Ahora, nuestra misión es que este proyecto sea sostenible y que podamos hacer otra tanda de tres. Si lo conseguimos, empezaremos a investigar la parte de comedia.

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