El director de cine Woody Allen cumplió ayer 80 años y el exdirector del Centro Niemeyer, Natalio Grueso, hace un retrato de este "último genio" en un repaso a sus distintas personalidades artísticas donde se puede ver a "un amante de la magia y un cinéfilo empedernido".

Grueso ha explicado que su libro 'Woody Allen. El último genio' (Plaza y Janés) surge con la idea de "mostrar una faceta desconocida" del cineasta neoyorquino, que ha llevado "un caparazón" frente a la prensa y al público en general. "Es una persona tímida, que no es ni mucho menos accesible, pero una vez rompes ese espacio te encuentras con una persona extremadamente culta, muy afable y con una conversación muy inteligente. Todos sus estereotipos no se cumplen", ha señalado el autor, quien conoce a Allen desde la década de los 90. El cineasta neoyorquino que recibió en 2002 el premio "Príncipe de Asturias" de las Artes, realizó con posterioridad varias visitas a España para rodar la película "Vicky Cristina Barcelona", con Scarlett Johansson, Javier Bardem y Penélope Cruz. Allen cumplió ayer 80 años convertido en uno de los directores de cine más respetados, aunque su vida personal se ha visto afectada en los últimos años con denuncias de alguno de sus hijos y de su exmujer Mia Farrow. Con 45 películas y 4 "Oscar" en su haber, el cineasta no sería quien es hoy sin haberse tropezado con las mujeres de su vida: Diane Keaton, Mia Farrow y Soon Yi, que, en muchas ocasiones, fueron también musas de una filmografía larga y llena de altibajos.

Grueso recuerda esa primera vez que conoció a Allen como la película 'La rosa púrpura del Cairo', en la que el protagonista de otra cinta conseguía salir de la gran pantalla para convivir con personajes reales. "Desde que estabilizó su vida con Soon Yi, su personalidad ha evolucionado mucho: es más abierta, viaja más, muy accesible...Su mujer le ha hecho disfrutar de las cosas", ha indicado.

Un mago

En su libro, Grueso desgrana diferentes personalidades del director (músico, contador de historias, cómico) pero, si se tuviera que quedar con una, elegiría la de mago. "Es una de sus facetas más desconocidas y su primer trabajo de hecho fue de mago. Allen ha seguido vinculado desde siempre a la magia y está siempre presente en sus películas", ha apuntado.

Recoge anécdotas desconocidas hasta ahora, como el hecho de que el cineasta quisiera contar con Luis Buñuel para la película de Annie Hall. Otra curiosidad que rescata Grueso en su obra es la del mítico banco de la escena de Manhattan, frente al puente, una idea que salió de producción. "Es una de esas cosas fascinantes del cine, luego cuando la gente ha ido buscando ese banco no lo ha encontrado, porque solo está en la película", ha afirmado. Preguntado sobre si hoy en día existe algún heredero del cineasta, ha rechazado esta posibilidad, a pesar de "ser muy influyente" en los trabajos de otros directores. "Quizás en Europa ha calado más, Nani Moretti...pero no creo que exista nadie con esa capacidad para crear historias", ha indicado.

Quizás por ello, entiende que el autor de 'Hannah y sus hermanas' será "eterno y dentro de 300 o 400 años aún se recordarán sus películas". "Y eso que él es extremadamente crítico y piensa que su mejor película aún está por venir", ha concluido.