El escultor Martín Chirino reclamó una "mayor reflexión cultural" durante su participación en el ciclo Conversaciones en la Fundación que organiza todos los meses la Fundación Juan March, en Madrid, a través de la entrevista en directo a algún gran personaje del panorama nacional e internacional.

El espacio fue conducido por el periodista Antonio San José, con la participación, en este caso, de la poeta Clara Janés. Durante más de dos horas, y con un aforo completo, de más de 200 personas, el escultor canario expuso las principales líneas de su biografía y de su itinerario como artista, y contextualizó también las bases de su Fundación, en el Castillo de la Luz, en Las Palmas de Gran Canaria.

A las preguntas del periodista, mientras se proyectaban imágenes de su exposición permanente en el Castillo, Chirino explicó que en sus inmediaciones jugó de pequeño, y que allí se encontraban los astilleros, en que trabajaba su padre, que le sirvieron de primer contacto con el hierro. "Desde el primer momento, quise bautizar mi Fundación como un foro de Arte y Pensamiento, que sirva para el debate de las ideas y de la cultura en vivo y en directo, más allá de un mero expositor de mi obra", dijo.

"Uno de sus principales cometidos es la investigación sobre la tradición canaria en las artes plásticas, literatura, antropología, historia? Y en ese sentido, ya hemos realizado algunos cursos y seminarios que están funcionando bastante bien. Queremos investigar nuestro papel en la Historia Contemporánea Española. Pero desde el principio, desde la mitología prehispánica a nuestros días. Ha habido muchos cruces que precisan ser reformulados. En Canarias ha habido y hay grandes poetas, grandes literatos, y artistas muy buenos no reconocidos; el único que parece que ha trascendido de verdad es Pérez Galdós, y en las artes plásticas, algunos artistas, como Manolo Millares, César Manrique o yo mismo. Hay una pequeña pléyade que hemos conseguido marcharnos, pero lo hemos tenido que hacer aquí, no allí. Yo creo que la misión de este centro, si realmente trasciende y se convierte en lo que tiene que ser, es la de llevar a cabo ese papel investigador: situar debidamente en el panorama nacional y universal todo lo que se ha creado, cómo se ha creado, sus peculiaridades, es decir, es un centro de estudios y difusión cultural".

A una batería de preguntas del entrevistador sobre qué hacer para mejorar la sociedad actual, Martín Chirino dijo echar en falta, precisamente, "una mayor y más sólida reflexión social y cultural. Cuando se inició la democracia tuve el honor de ser presidente del Círculo de Bellas Artes, de Madrid, y, posteriormente, director del Centro Atlántico de Arte Moderno, en Las Palmas, y, en ambos casos, asistí a una efervescencia cultural que parece haber perdido fuelle en nuestros días. De ahí la importancia de un centro como la Fundación de Arte y Pensamiento que lleva mi nombre, desde la que quisiera suplir esa carencia y contribuir a estimular la reflexión y el debate desde la experiencia".